CAP. 4.4: ALGO ES ALGO

Teo se levantó a las ocho de la mañana con un dolor de cabeza leve que achacó a la juerga del día anterior pero sabía por experiencia que no tardaría en desaparecer porque ya le había ocurrido otras veces. El viejo decidió dar un paseo por el pueblo para encontrar una cafetería que le sirviera un buen café pero antes decidió renunciar a su vestimenta extravagante pese que esta era la que más le gustaba y más cómoda llevaba. A partir de ahora no quería llamar la atención así que optó por unos vaqueros y una camisa de franela con cuadros rojos y negros. También renunció a su sombrero de ala ancha y a su bastón que tanto le gustaba llevar. 

Teo decidió acudir al bar donde estuvo el día anterior con Isi pero este se encontraba cerrado así que deambulo por las calles hasta que encontró lo que buscaba justo al lado de la fachada sur de la Catedral de Santa María la Real. Teo decidió sentarse en la terraza donde fue atendido y servido rápidamente por una camarera bastante joven, lo que le llevó a pensar que desde que llegó a Aranda de Duero no había visto a ningún androide trabajando para los habitantes del pueblo y le pareció raro porque su productividad y eficiencia eran algo imprescindible para aumentar los márgenes de beneficios en cualquier negocio y empresa. Teo no dudó en preguntarle a la camarera por este hecho y esta le contestó que los miembros de la comuna no acudían a los negocios que recurrieran a esta tecnología ni consumían bienes y servicios de empresas que contaran con autómatas independientes. El municipio se había alineado radicalmente con las ideas del Nuevo Renacimiento que apostaba por rescatar antiguos oficios y artesanías aunque se diera la paradoja de que gracias a los avances tecnológicos y decisiones políticas los androides supusieran una parte importante en la recaudación de impuestos con los que se sufragaba la renta universal de la que gozaban muchos miembros de la comuna. A continuación Teo observó la catedral desde la mesa donde estaba sentado y pudo comprobar que su estado de conservación era ruinoso. Al parecer la Iglesia católica había perdido el poderío del que hacía gala escasos siglos atrás como consecuencia de la secularización de la población, el auge de las filosofías orientales y el avance de la ciencia y la tecnología, que parecía hacer más milagros que la fe ciega. Esto significó la progresiva pérdida de recursos financieros y, por ende, la drástica reducción de los recursos que invertía en el mantenimiento de sus edificios y monumentos.

Teo le dio otro sorbo al café y le vino a la mente otra idea. La cuestión era que la mayoría de la gente que llegaba a la comuna lo hacía con la intención de disfrutar de un estilo de vida más natural y relajado que el que ofrecían las grandes metrópolis, dedicarle tiempo a conocerse a sí mismos alejados de las obligaciones impuestas por la sociedad e involucrarse en un entorno joven y alineado con ideas muy de izquierdas e incluso anarquistas y comunistas. Es decir, lo que hacían era perseguir ideales aparcados ya hacía tiempo por la evolución política de la sociedad como consecuencia de no entender que la adquisición de riqueza y poder era algo asequible para todo el mundo si se seguía una cultura del esfuerzo personal poderosa. Teo dio un paso más para resumir todo lo anterior y elaboró una síntesis que plasmaba que los ideales de toda aquella gente nacían de un acto de envidia hacia lo que otros habían conseguido con esfuerzo y el deseo de vivir bajo un sistema que les garantizara poder y riqueza y si ese no era el caso, que no se le garantizara a nadie. Lo más curioso es que la gente de la comuna invertía muchísimo tiempo en estudiar sistemas políticos alternativos al capitalismo bajo la plena convicción de que este no es justo sin contar con la experiencia de vida necesaria para criticarlo y sin analizar en profundidad su idiosincrasia. Al final la comuna estaba bajo las reglas de la economía de mercado pero el Ayuntamiento implementaba políticas muy progresistas, el filántropo anónimo inyectaba cantidades considerables de dinero,  la renta universal garantizaba la supervivencia de los desempleados y los miembros de la comuna asociaban el bienestar producido por estas causas al empoderamiento rebelde y revolucionario de la juventud que allí se asentaba. 

La cuestión de todo esto era que toda la movida que estaba ocurriendo en Aranda de Duero estaba supeditada a la falta de deseos y necesidades de la gente joven que acudía hasta allí pero esto tenía claramente una fecha de caducidad representada por la adquisición de madurez y sentido común de los miembros de la comuna cuando se hicieran mayores y la vida les trajera nuevas obligaciones y retos. En definitiva, la mayor amenaza de la comuna era no poder garantizar un nivel de riqueza considerable para ir cubriendo la aparición de necesidades asociadas al crecimiento personal de sus miembros y compensar la pérdida de integrantes con la atracción de más jóvenes en busca de sus utopías nacidas de su propia ignorancia. Esto era fácil verlo en la media de edad de los participantes en las Asambleas que era muy baja indicando que cuando se alcanzaba cierta edad o madurez se producía el abandono de ese tipo de vida. Al final la comuna era para disfrutarla durante una etapa de la vida con la excepción de aquellos que se empadronaban en el pueblo al adquirir una casa subvencionada por la cortesía del ya mencionado y misterioso mecenas del pueblo y aquellos que se volvían verdaderos acólitos del líder espiritual que en breves momentos Teo conocería cuando este apareciera para, entre otras cosas, dirigir su homilía de los Domingos. Pese a las dudas que tenía el viejo acerca de que todo lo que estaba ocurriendo en Aranda de Duero fuera sostenible en el tiempo, estaba claro que todo aquel movimiento estaba en una etapa muy dulce, tal y como se podía comprobar y respirar tan solo dándose un paseo por las calles del pueblo.

Con el último trago del café a Teo se le pasó por la cabeza que Isi no le había comentado nada acerca de si existía algún tipo de llamada de socorro a las autoridades por parte de las muchachas antes de desaparecer, algo que se podía hacer fácilmente mediante el implante mental. Si alguna chica hubiera dado la voz de alerta seguramente la Guardia Civil se hubiera involucrado mucho más en la investigación al tener pruebas claras pero parecía que la persona o grupo de personas autoras de tales calamidades tenían muy bien pensado su forma de proceder para no dejar ningún rastro. 

Justo cuando Teo le estaba dando vueltas a esto le vino el olor de una fragancia que hacía muchísimo tiempo que no experimentaba y que rápidamente identificó como el aroma de la flor del almendro ya que durante su vida como Sófocles hacía más de dos milenios, cuando aún no había ascendido a Edén, se enamoró en su madurez de una mujer que usaba esta fragancia y que tenía muy clavada en la mente. Cuando levantó la vista vio que la responsable de ese olor era una joven con un vestido ancho muy colorido que había pasado muy cerca del viejo caminando agarrada de la mano de otra muchacha que esgrimía largas rastas. Las dos iban hablando entre sí y Teo no pudo evitar poner atención a su conversación.

-¿Lo pasaste bien en el botellón de ayer? - Preguntó una de ellas a la otra.

-Sí cariño. Contigo siempre me lo paso bien y aparte la gente de aquí es muy agradable.

-Pues aún no has visto nada. No quedará mucho para que se celebre la Mega Rave que atrae a muchísima gente de fuera. Se celebran muy pocas al año y la gente la espera como agua de Mayo.

-¿Y dónde se celebra?

-Ese es un secreto muy bien guardado por los organizadores que nadie conoce hasta que se convoca. Así se protegen de que asistan invitados indeseados que puedan arruinar el evento pero siempre, siempre se llevan a cabo por los alrededores del mismo lugar, muy idílico por cierto.

-¿No me lo vas a decir?

-Algo me tendrás que ofrecer a cambio, cariño.

-Cuando lleguemos a la tienda de campaña veré que te puedo ofrecer pero que sepas que será poco porque me has defraudado.

Teo no pudo escuchar mucho más ya que la pareja se alejó a buen ritmo y se sorprendió de no haberse enterado de que el día anterior se había llevado a cabo un botellón así como le picó la curiosidad acerca de esa mega rave que comentó aquella joven. El viejo no tardó en llegar a la conclusión que si querían acceder a más información que revertiera en la investigación Isi y él necesitaban un contacto que se moviera en el meollo de la comuna. Así que puso esa tarea en su lista mental de obligaciones aunque no tenía ni idea de como iba a hacerlo. 

A las diez menos cuarto de la mañana, después de pagar exponiendo su anillo bancario a la retina de la camarera que le había atendido, el viejo se encaminó hacia el parque donde se iba a desarrollar la intervención del famoso líder espiritual. Teo observó como mucha gente se dirigía hacia el mismo lugar que él por una calle céntrica del pueblo que ya acogía varios negocios producto del emprendimiento que estaban llevando a cabo los nuevos habitantes del municipio para cubrir las necesidades de la creciente población. El viejo no tardó demasiado en llegar a su destino y allí pudo ver como algunos operarios remataban los últimos detalles de la escueta infraestructura que iba a albergar el evento y como ya había muchísima gente expectante, entre ellos Isi, quien se encontraba sentado solo bastante abstraído seguramente por estar utilizando alguna función de su implante mental. 

El parque tenía zonas de césped elevadas sobre el pavimento que acogía al escenario y a unas cuantas filas de sillas próximas a este. A esas alturas ya no se podía elegir demasiado donde sentarse así que cuando Teo vio un hueco en el césped no dudo en reclamarlo. Justo cuando iba a sentarse una voz que recordaba vagamente se dirigió a él.

-Hey, hechicero. No te sientes solo Teo, ven y acompáñanos. - Dijo el joven al que Teo reconoció ya que se trataba de Jon que, junto a un grupo de amigos, le pidió si le podían hacer unas fotos para el hotel que iban  inaugurar y que luego asistieron a la asamblea de la comuna juntos.

-Os lo agradezco porque no sé cómo de aburrida será la charla de este famoso gurú. - Comentó Teo con una sonrisa en la cara. 

-Tranquilo, ya verás como la fama que precede a Jaidev esta bien justificada. Ya lo verás. Pero antes te presento a mis amigos aunque ya conoces a algunos de ellos. - Comentó Jon para después introducir a Teo en su grupo de colegas, entre los cuales, el viejo reconoció algunas caras.

-¿Jaidev? Creo que es un nombre indio. 

-Efectivamente. El es indio y es muy sabio. Solo tienes que ver toda la gente que hay aquí.

-Sí, todo esto parece un verdadero áshram. Me recuerda al caso de Osho en Oregón, Estados Unidos. - Añadió Teo pensando en que toda aquella movida acabó bastante mal.

-No se a quien te refieres pero debió ser un gran hombre si lo comparas con Jaidev. Bueno ¿Y qué tal va la cosa, Teo?

-Pues bastante bien. Estoy encantado de poder disfrutar de esta experiencia. Da gusto ver como, pese a ser mucha gente, convivís en armonía y trabajáis para hacer de Aranda de Duero un sitio singular y remarcable.

-La verdad es que tratamos de hacer las cosas bien y por suerte contamos con un buen Alcalde, un mecenas que toma buenas decisiones económicas y un gran líder espiritual. Con esa base y gracias al buen rollo de la gente que llega sería difícil fracasar.

-Por cierto no he visto Guardias Civiles por aquí. ¿Y eso? - Inquirió Teo.

-Si que vienen de forma regular patrullas y una empresa está trabajando en restaurar el viejo cuartel que hay al lado del parque Virgen de las Viñas. Parece ser que se van a instalar dentro de poco en el pueblo aunque hasta ahora, que yo sepa, no ha habido ningún problema en esta comunidad.

-Siempre viene bien poder acceder rápidamente a la ayuda de una autoridad. - Dijo Teo.

-Depende de como lo mires. Aunque los vecinos de toda la vida del pueblo están contentos con esto así que bienvenido sea. El éxito de la comuna se basa en la armonía que tenemos con ellos y si así van a estar más tranquilos, por mí bien. - Replicó Jon.

-Por cierto, me he enterado que ayer hubo un botellón y me hubiera gustado ir. ¿Dónde se hizo? - Indagó Teo.

-¿Te acuerdas donde nos conocimos?¿En el puente sobre el río Duero? - Preguntó Jon.

-Sí, por supuesto. Imposible olvidarse de como me abordaste. - Dijo Teo sonriendo. 

-Pues hay un gran descampado que queda un poco más al sur y a la derecha. Ahí es donde bastantes sábados mucha gente hace botellón. De hecho, creo que es ahí donde la comuna esta viendo de montar un festival anual para recaudar fondos. Lo van a llamar Sonorama en honor al que se celebraba hace doscientos años. - Le hizo saber Jon a Teo con cierto entusiasmo.

-¡Que interesante! Aunque me han dicho que no puedo abandonar el pueblo sin asistir a lo que llamáis mega rave. Pero no tengo ni idea de cuando y donde se lleva a cabo. - Expuso Teo.

Los miembros del grupo de amigos se miraron entre sí con caras un poco serias y Teo se percató que uno de ellos le guió un ojo a Jon. Estaba claro que ese era un tema del que no querían hablar con el viejo y este se dio cuenta al hacerse un silencio algo incómodo en la conversación. Entonces instintivamente Teo buscó un tema de conversación para tratar de aliviar la tensión pero no le vino nada así que recurrió a la humildad como última opción.

-Veo que protegéis bien este evento. Sois buenos acólitos. No os preocupéis. No pasa nada. Sé lo que es una rave y ya no estoy para esos trotes. - Dijo Teo mientras se tocaba la nariz con su mano derecha a la vez que vio como a Jon le cambiaba el semblante pasando de representar cierta tensión a algo de alivio. 

-Déjame ver, Teo ¿Qué tienes en tu mano derecha? - Inquirió Jon inclinándose hacia el viejo.

-¿Qué tengo?  

-Llevas el anillo de la comuna. Tan sólo es dado por personas con algún cargo de responsabilidad a gente que ha hecho algo relevante por nuestra comunidad ¿Cómo lo conseguiste? - Preguntó Jon mientras sujetaba con su mano el dedo de Teo que esgrimía el anillo.

-Me lo dio una chica en un mercadillo en el Camino de Santiago cuando hice una donación que le pareció bastante importante. - Contestó Teo.

-Pues gracias Teo porque contribuiste a que todo esto funcione. Visto que eres de confianza no tenemos problema en contarte algo. Esa mega rave de la que hablas se celebra cada cierto tiempo en un parque natural conocido como Hoces del Río Riaza, al sureste de aquí. Nadie sabe cuando se celebrará la próxima porque ponen mucho cuidado en su organización ya que es un espacio natural protegido. Cuando va a celebrarse aparecen unas señales en el pueblo que pocos saben interpretar y estos comienzan a movilizar a la gente tan solo usando el boca a boca para que no quede ningún registro en la red. Si aún estás por aquí cuando se convoque la próxima yo te avisaré. - Expuso Jon mientras hacía contacto visual con cada uno de sus amigos para cerciorarse de que no les parecía mal que compartiera esa información con Teo.

-Te lo agradecería ¿Puedo preguntar cuando fue la última? - Indagó Teo 

-Pues fue a finales de Mayo y fue una locura porque se hizo derogar. La anterior fue a principios de Enero y no suelen espaciarse tanto en el tiempo.

-Vale Jon. Pues esperemos que haya otra dentro de poco porque no quiero perderme algo así antes de irme. - Dijo Teo mientras un escalofrío le recorría la espalda ya que esas fechas coincidían con las desapariciones de algunas de las chicas incluidas en la investigación.

-Mirad al viejo. Aún tiene ganas de marcha ¡Que bueno! Yo te aviso, no te preocupes.

-Este viejo es muy joven por dentro. Gracias por compartir esa información conmigo Jon. Tranquilo, seré una tumba. - Expuso Teo mientras frenaba sus ansías de seguir preguntando acerca de la mega rave ya que no quería abusar de la confianza de Jon por si necesitaba tirar de él en un futuro.

-Más te vale. Mira, mira, ya comienza el lío. Cuando suena esta música es que queda poco para que empiece. Claro, ya son casi las once. A ver con que nos sorprende hoy Jaidev. Aparte de la homilía que da, siempre tiene alguna sorpresa reservada para nosotros. - Comentó Jon señalando al escenario.

-Vamos a ver. - Dijo Teo mirando a Isi en la lejanía pensando en que ya tenía algo que creía que podía desbloquear la investigación.


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