CAP. 4.6: PENSAMIENTOS A CIEGAS

Teo no tardó en darse cuenta que la parte del municipio situado al sur del río Duero estaba más tranquilo que la parte situada a la otra orilla del río debido seguramente a que las viviendas donadas a quien se comprometiera a rehabilitarlas se encontraban mayoritariamente en el casco antiguo de Aranda de Duero. El viejo, conforme avanzaba hacia el sur, se topó con bastantes edificios abandonados que esperaban a que más emprendedores llegaran a la comuna con nuevas ideas, capital y ganas de darles un nuevo uso. Aún así había negocios operativos como algún que otro hostal, alguna cafetería y un restaurante especializado en carne a la parrilla al que el viejo decidió acceder para comer y que estaba regentado por un hombre bastante mayor y su familia que parecían ser del pueblo de toda la vida. 

Después de degustar un suculento lechazo asado junto a una torta de aceite y pagar el servicio, Teo decidió seguir avanzando hacia el sur hasta que se topó con la ubicación en la que se solía montar el mercadillo del pueblo y que estaba totalmente vacío al ser Domingo aunque había rastros de que seguía funcionando y tras preguntar a una anciana, ésta le dijo que el crecimiento de la comuna atraía a muchos vendedores de la zona para abastecer a los nuevos arandinos que se habían instalado en la localidad. Teo al final llegó a una avenida por la que no circulaban casi vehículos y decidió dar la vuelta para volver al casco antiguo de Aranda de Duero pero por otra calle distinta a la que venía transitando situada más al oeste y tras unos minutos andando se dio de bruces con la mansión Sagrada Familia que Jon le había comentado antes y que era el lugar donde se suponía que Jaidev residía. Teo pudo comprobar lo enorme que era esta finca que ocupaba toda una manzana y contaba en su centro con una gran construcción de dos plantas de altura cuya fachada parecía haber sido totalmente renovada. Al viejo también le llamó la atención la seguridad con la que contaba la propiedad ya que su perímetro estaba rodeado de altos muros que albergaban cámaras de seguridad y en la entrada principal había una barrera custodiada por una caseta ocupada por dos guardias de seguridad que parecían bastante profesionales tanto por sus físicos como por el equipamiento que portaban entre el que destacaba claramente la posesión de pistolas de electrochoque o también conocidas como pistolas táser. Sin mucho más que observar Teo siguió avanzando hacia el norte y no tardó en alcanzar el centro del municipio tras cruzar el río Duero de nuevo para volver a apostar por la misma cafetería de la última vez situada al lado de la Iglesia Santa María la Real. Aquel era un buen sitio para pensar junto a un buen café y eso es lo que necesitaba para plantear nuevas hipótesis y tratar de sacar conclusiones que le permitieran acotar los siguientes pasos que daría en la investigación.

Tras pedir el café en la terraza de ese negocio lo primero que le vino a la cabeza fue como era capaz de enterarse el responsable de las desapariciones de las jóvenes que iban a abandonar la comuna en dirección al sur. Una posibilidad es que tuviera acceso a las bajas que se producían en la asamblea pero eso no quería decir que las víctimas fueran a dejar atrás la comuna. Además esa hipótesis significaría que el secretario de tal órgano directivo, responsable de gestionar esos datos, estaría implicado en las desapariciones, un cabo demasiado fácil de atar para quien se toma tantas molestias en ocultar diligentemente sus planes criminales. Otra posibilidad era que un observador merodeara en el stand donde se llevaban a cabo las bajas de la asamblea y se devolvía a la egresada la fianza que depositó para pertenecer a esta. De tal forma el observador podría hacer una lista con las chicas que podrían abandonar la comuna a corto plazo para hacerles un seguimiento y ver cual de ellas se ajustaba a sus macabros planes.

Por otro lado que las desapariciones coincidieran con la celebración de las recónditas mega raves de momento no le decía mucho a Teo ya que el posible asesino en serie no querría manchar a la comuna y capturar a las jóvenes en medio aquella jarana llamaría demasiado la atención así como sería difícil de llevar a cabo entre tanta gente. Jon le dijo que no se podía marchar sin asistir a una de ellas así que seguramente las desaparecidas asistieron a la mega rave como despedida a su aventura hippie y el hecho de que coincidieran las fechas de las desapariciones con la celebración de estas fiestas clandestinas tan solo reflejaba que las desaparecidas se esperaron para abandonar la comuna hasta inmediatamente después de disfrutar de sus últimas mega raves junto a sus amigos y conocidos.

A Teo le daba algo de miedo que la investigación se bloqueara porque tenía que atender a la encomienda de Ygnomé cuanto antes pero esta no le dijo nada cuando contactó con él para decirle que Isi podía ser un buen aliado en la misión que le encargó en la catedral de Burgos así que el viejo entendió que tenía cierto margen para seguir dedicándole tiempo al asunto de las desapariciones. De todas formas siempre podía decirle a Isi que se tenía que marchar antes de resolver el caso pero en el fondo Teo quería llegar hasta el final ya que sabía que dejar la investigación en curso sin resolver le traería remordimientos de conciencia y además, le gustaría contar con Isi en el equipo que tenía que formar para atender el propósito de Alicante. Por lo tanto no quedaba otra que abrir campo y acogerse a cualquier indicio o pequeña intuición que tuvieran para acabar cuanto antes con el maldito canalla que se había aprovechado de la inocencia y debilidad de aquellas muchachas.

Entonces Teo recordó que Isi le dijo que Natalia y Jessica fueron vistas en Pardilla antes de su desaparición así que una opción era ir a ese pueblo a indagar un poco a ver si con algo de suerte se revelaba algún detalle esclarecedor. Una opción que fue cobrando importancia mientras terminaba su café, tanto que al final el viejo decidió que pondría rumbo hacia allí con su autocaravana al día siguiente aunque supusiera perder su plaza de aparcamiento junto a la casa rodante de Isi. Una vez terminó su café y pagó, Teo le preguntó a la camarera que se podía hacer en el pueblo durante una tarde tranquila de Domingo y esta le respondió que el Ayuntamiento había invertido en recuperar y abrir al público el museo de cerámica y que también podía acudir a la Iglesia de San Juan para ver el patrimonio religioso de Aranda. En ambos había que pagar una entrada simbólica pero era un buen plan para entretenerse. Así que Teo le hizo caso a la camarera y por la tarde visitó esos lugares para después, sobre las ocho de la tarde, retirarse a su autocaravana y dedicarle tiempo a escuchar la actualidad nacional e internacional de mano de la radio nacional de España para ponerse un poco al día pero no escuchó nada destacable salvo que el conflicto con la Mega Estación Espacial de Urano estaba estancado, una serie de incendios se abrían paso en ciertas partes del territorio nacional o que el Gobierno de España se planteaba bajar la edad de jubilación a los setenta años debido a la buena marcha que llevaban las arcas públicas.

Sobre las nueve de la noche alguien dio unos golpes a la puerta del compartimento de atrás de la autocaravana. Cuando Teo abrió vio que se trataba de Isi y no dudó en invitarle a pasar para ponerle al día de sus averiguaciones así como con la esperanza de que este le dijera que tenía algo importante relacionado con la investigación que ambos estaban desarrollando. Teo informó a Isi sobre lo que había descubierto acerca de las mega raves y a las conclusiones que había llegado a través de sus pensamientos a lo que Isi se sorprendió de los resultados que había obtenido pero poco fue lo que pudo aportar a esa información. Cuando el viejo terminó su exposición fue el turno de Isi.

-Yo tengo poca cosa tangible Teo pero sí que le he estado dando vueltas a una idea y creo que puede ser interesante.

-A ver, dime detective. - Dijo Teo dándose cuenta que Isi venía cargado un poco de bombo por haber visitado algún bar demasiado temprano.

-La última vez que hablamos no comentamos nada acerca de la posibilidad que tiene todo el mundo que tiene instalado el implante mental de solicitar ayuda rápidamente a las autoridades en caso de encontrarse en peligro. Que yo sepa las víctimas de las desapariciones no hicieron nada por lo que quizás estuvieran bajo un estado de sumisión química cuando les echaron el guante. También puede ser que las incomunicaran con cierta tecnología y las silenciaran para acallar sus gritos de desesperación pero visto lo visto y la sutilidad con la que actúan nuestros investigados yo apuesto por la sumisión química.

-Bien visto Isi. Quizás deberías profundizar más en el tema.

-Las sustancias con las que se lleva a cabo esta sumisión no se venden en farmacias como otras drogas ya legalizadas así que habría que investigar quien es capaz de proporcionar esas drogas ilegales por esta zona.

-Pues ya tienes deberes. Yo mañana viajaré a Pardilla para investigar un poco más y ver si pasaste algo por alto. Esperemos que haya suerte. - Dijo Teo haciendo un gesto con las manos como si estuviera rogando al cielo.

-Yo trataré de preguntar si alguien conoce a algún camello que pueda proporcionarme drogas relacionadas con la anulación de la voluntad. Pero va a ser difícil porque al igual que pasa con las mega raves, la gente suele proteger ese contenido. - Añadió Isi con un tono de voz no muy esperanzador.

-Yo también indagaré en este tema a ver si puedo averiguar algo. Por eso es importante que nos relacionemos con la gente y creemos lazos de confianza. Es la única forma de avanzar.

-¿Qué vas a hacer ahora? - Preguntó Isi.

-Pues mañana quiero madrugar para aprovechar el día en Pardilla así que no tardaré en acostarme. El día ha sido largo y estoy bastante cansado. La edad no perdona.

-¿No te apetece una copa en algún bar?

-Ya te dije que no es buena idea que nos vean juntos. Además deberías controlar tu dependencia del alcohol. Veo que bebes todos los días. Eso no es bueno.

-De algo hay que morirse. Bueno pues si quieres algo estaré en mi autocaravana. Ya hablamos mañana compañero. - Dijo Isi ignorando por completo el consejo del viejo.

-Desde luego. Suerte con tu nueva misión amigo mío - Respondió Teo acompañando a Isi a la puerta trasera de la autocaravana.

Teo sabía en el fondo que Isi tenía un problema con la bebida y esa cuestión podría ser un problema a medio y largo plazo pero tampoco se encontraba en una situación privilegiada en la que pudiera elegir a sus aliados así que solo esperaba que la adicción de su compañero no le causara muchos problemas. Para finalizar el día Teo le dio un par de vueltas al tema de la sumisión química cuando ya se encontraba acostado pero no tardó en quedarse dormido debido a que el día había sido bastante intenso, tal y como le gustaba al viejo que fueran cuando se encontraba en medio de la civilización aunque no pasaba un día sin que echara de menos su antigua vida en el bosque.

Al día siguiente y tal como había previsto Teo llegó a Pardilla sobre las diez de la mañana con ayuda de su GPS y aparcó su autocaravana en un descampado a la entrada del pueblo. Lo primero que le vino a la mente es que ese pueblo estaba bastante cerca del parque natural donde se llevaban a cabo las mega raves por lo que quizás era un buen punto para investigar un poco y para ello tenía todo el día por delante así que comenzó a recorrer el pequeño municipio que se encontraba casi abandonado y en el que destacaba su iglesia parroquial y el hecho de que era un partido judicial de Aranda de Duero. Teo recorrió el pueblo de norte a sur en poco tiempo cruzándose con algún que otro vecino de avanzada edad al que le preguntó ciertos aspectos de la vida del lugar y cuyas respuestas eran algo desoladoras hasta que uno de ellos le dijo que la comuna que se había instalado al norte había traído con cierta frecuencia algo de vida joven al pueblo, sobre todo para el único negocio del lugar, un restaurante situado casi a la salida de la localidad. Para entonces Teo estuvo de coger su autocaravana para volver a Aranda de Duero pero al final decidió quedarse allí paseando y esperar a que se hiciera una hora prudente para comer en el restaurante que le habían comentado. Quizás no había sido buena idea invertir la mañana en ese lugar pero en el caso de que fuera así ya podía cerrar esa puerta y tratar de localizar otras que le hicieran avanzar en la investigación. Como mínimo esperaba que la comida de aquel lugar estuviera a la altura de la fama que tenían los pueblecitos a la hora de dar de comer calidad así que sobre la una de la tarde accedió al restaurante cuyo nombre era "El hogar comunal" para poder comprobarlo.


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