CAP. 1.3: RUMBO AL NORTE

-Sheila, despierta, es la hora - Señaló Teo a la joven muchacha que parecía no responder a sus palabras ni al leve estímulo que provocaba su mano sobre uno de los hombros de ella. - Sheila, vamos, son las seis de la mañana - Dijo Teo con un tono de voz más elevado y no tan dulce como el primero.

-No, aquí se está muy bien. Necesito descansar un poco más - Al final contestó Sheila provocando un gesto tierno en el rostro de Teo mientras pensaba que él también había sido joven y conocía aquella sensación.

-Esta bien, duerme un poco más, no vamos mal de tiempo. En una hora te despierto sí o sí, no quiero excusas. - Le comunicó Teo a Sheila. - Voy a terminar de preparar mis cosas. - Añadió Teo a la vez que se alejaba de la estancia.

A la hora Teo volvió a por Sheila pero esta ya se había levantado y estaba recogiendo su saco de dormir. La muchacha miró al viejo y le hizo un gesto como diciendo que ya estaba lista y preparada para partir. A Teo le sorprendió aquello pero lo agradeció pensando que no hay nada más duro en el mundo que pelear contra un adolescente que no quiere levantarse. Los dos cargaron sus macutos, bebieron agua de sus cantimploras y salieron por la puerta de la casa entre los leves rayos del sol que ya comenzaban a iluminar el día y el matutino canto de los pájaros. La primera etapa del camino les llevó justo por el mismo sitio por el que alcanzaron Duruelo de la Sierra tras su encuentro  ya dos días atrás. 

El paisaje era conmovedor y Teo iba enseñándole a Sheila la flora que podía ser utilizada para provecho humano y el método de consumo para optimizar sus efectos y también aquella que pese a su apetecible apariencia eran tóxicas y peligrosas. Acabó sus lecciones acerca de la fauna del lugar diciéndole a Sheila que ante la duda frotase la planta o fruto contra su piel y esperara una cantidad de tiempo suficiente para ver si esta reaccionaba de alguna manera y, si no lo hacía, que ingiriera una mínima cantidad hasta comprobar que todo iba bien. Si no había ninguna reacción entonces seguramente el fruto o la planta en cuestión era comestible o apta para su uso.

Pronto alcanzaron en el sendero que seguían el punto donde Teo se desestabilizó y comenzó a rodar ladera abajo hasta los pies de Sheila. El viejo le pidió a Sheila que esperara allí un momento y bajó por el desnivel, esta vez con sumo cuidado apoyándose con destreza sobre su bastón hasta alcanzar el punto justo en el que conoció a la joven. Estuvo un par de minutos observando el lugar y andando de aquí para allá como si algo se le hubiera perdido en la caída. Cuando terminó volvió al punto donde le esperaba Sheila y esta le preguntó si pasaba algo a lo que Teo respondió que simplemente quería observar la caída que sufrió por despistarse al observar el águila. Sheila le dijo que tuvo mucha suerte de no romperse algo y Teo asintió con la cabeza pensando que en el momento de la caída no le pareció tan peligrosa como ahora le indicaba su análisis. 

-Teo, tu sabes más de mi que yo de ti. Me gustaría preguntarte algunas cosas. - Dijo Sheila a la vez que detenía su marcha y Teo hacía lo mismo.

-Dime ¿Qué quieres saber? - Le preguntó Teo a Sheila cuando estaban a punto de alcanzar el Mirador de Castroviejo.

-No sé, el lugar donde naciste por ejemplo. 

-Nací en Boston, capital de Massachusetts, hace 92 años y en una familia de clase media que tuvo tres hijos y yo soy el mediano. Mi hermano pequeño tiene 87 años y vive en Nueva York y mi hermana mayor falleció hace ya más de veinte años de cáncer de pulmón, aunque no fumaba. - Dijo Teo sorprendiendo a Sheila por la abundante información que le había proporcionado sin pedirlo. 

-Siento lo de tu hermana. Jamás habría pensado que eras de Estados Unidos dado lo bien que hablas el castellano. ¿Cuánto tiempo llevas en España?

-Hace más de veinte años que llegué a España y me instalé en esta zona. Me encanta el clima y la cultura de este país. Además la gente es bastante abierta aunque un poco sumisa. Creo que es el mejor sitio que he podido elegir para pasar el resto de vida que me queda.

-Otra cosa que me intriga es a que te has dedicado profesionalmente en tu vida porque supongo que te jubilaste hace un tiempo ¿no?

-Pues mi vida laboral se puede dividir en dos fases. Yo estudié ingeniería electrónica en la Universidad de Boston y ejercí de lo que estudié hasta aproximadamente los 35 años. Me aburrí del trabajo y me di cuenta que lo que llenaba era viajar así que me reciclé y estudié algo que me apasionaba que era la economía. Fui aceptado en la Universidad de Oxford y cuando acabe mis estudios conseguí ser profesor titular de esta hasta aproximadamente los 55 años. Entonces gracias a decisiones acertadas en materia de inversiones y algo de suerte conseguí mi libertad financiera y ya no tuve que trabajar más. Así que aquí me tienes haciendo lo que me gusta que es sobrevivir pese a que no me hace falta.

-¡Madre mía, que envidia me das! Has recorrido el mundo, te has formado y sabes sobrevivir por ti mismo.

-Es un buen resumen, pero bueno, tú estás ahora mismo haciendo lo mismo que yo con setenta años menos. Lo de aclarar tus ideas es algo que yo hice mucho más tarde ¿Sabes Sheila? El peor mal del hombre es la irreflexión.

-Espero que esta aventura me ayude a cumplir mi misión y creo que, de momento, he encontrado al hombre adecuado. He de decirte que viví una etapa complicada hace poco que me puso muy triste y me dejo sin fuerzas durante un tiempo hasta que interioricé que ya tenía lo más importante entre manos, la propia vida.

-Eso es. Lo que no te mata te hace más fuerte. La depresión es algo muy común en estos días. La gente corre de un lado para otro mecánicamente y viven vidas que son mentiras. Y las mentiras no llegan a hacerse viejas por lo que toca hacer una catarsis personal o morir en el intento. Sabes que hubo un poeta muy famoso en este país que perteneció a la que llamaron generación del 27 llamado García Lorca que en una de sus obras dijo que hay que abrirse del todo frente a la noche negra para llenarnos de rocío inmortal. Es bueno conocer todos los estados emocionales en la vida, es una forma de prepararse para la otra vida.

-Gracias Teo por compartir conmigo tu sabiduría, te lo digo de corazón.- Le hizo saber Sheila a su compañero en un acto de sinceridad.

-De eso va la cosa, de compartir. - Dijo Teo haciendo una mini parada y depositando su mano derecha sobre el hombro de su compañera de viaje. - Bien ¿Qué más quieres saber? - Volvió preguntar a la muchacha.

-Vale, ¿Cuáles son tus creencias religiosas? - Preguntó Sheila sabiendo que su pregunta podía atacar a la intimidad de su viejo compañero.

-Pues mira. Considero que todo el mundo debería tener sus propias ideas religiosas y filosóficas y no caer en los dogmas impuestos por rígidas estructuras. Quién corta su propia leña esta le calienta dos veces. Al final la religión nos debe ayudar en el día a día y no hacernos sentir culpables o esperanzados por la vana promesa de una vida eterna o recompensas terrenales por ser buenos fieles. Yo creo en la vida después de la muerte, que responde a un sistema meritocrático basado en la sabiduría, frutos, artes y virtudes desarrollados por cada individuo y en el que se nos evalúa para ver si somos dignos de ascender a ese mundo intangible o, en caso contrario, volver a reencarnar. En resumen, al igual que una persona es digna para ascender en una organización terrenal, al igual ocurre con la promoción a la otra vida en la que también desarrollaremos responsabilidades de algún tipo. Una regla básica de la vida es que siempre tendremos que rendir cuentas a alguien y a nosotros mismos, siempre. - Contestó Teo sin apartar la vista en ningún momento del sendero que recorrían.

-Nunca había escuchado esa forma de entender la religión. Yo no creía en nada hasta la Teofanía que se dio en el Tratado de las Esencias y entonces comencé a leer acerca del cristianismo. Mi padre es ateo así que tuve que ir abriéndome paso en este mundillo yo sola. Lo que pasa es que hay cosas que no entiendo acerca de esta religión y otras me rechinan un poco, sobre todo que la Iglesia muchas veces no predica con el ejemplo.

-No seré yo quien critique al cristianismo porque no me gusta mear en el agua de nadie, pero si no te termina de convencer hay más opciones. Una es el budismo e incluso el nuevo evolucionismo que no me he parado a estudiar. ¿Podrías acceder a la red y darme una pincelada sobre esta nueva filosofía?

-Claro, espera unos segundos... El evolucionismo es un nuevo movimiento filosófico nacido a partir de la intervención divina en el Tratado de las Esencias para evolucionar a los cinco elegidos de antemano para liderar las Arcas Estelares. Estos cinco elegidos, que han sido nombrados bajo el título de Príncipes Estelares es lo que le espera a toda la humanidad, es decir, la inmortalidad y la evolución de las mentes con el objetivo de convertir a la Tierra en un paraíso para vivir bajo una nueva conciencia global de paz, perfección y amor. 

>>El evolucionismo acoge la idea de la reencarnación del ser humano hasta que se produzca el nacimiento, gradualmente, de los nuevos sujetos evolucionados e inmortales que irán liderando a la humanidad hacia una etapa de oro. A largo plazo nacerá la Cosmosociedad con el objetivo de esparcirse por el Universo bajo la atenta mirada de los Dioses. El evolucionismo rechaza la idea de que el ser humano se inserte en planos superiores al final del ciclo de reencarnaciones pues cuando el proceso de evolución de todos los sujetos acabe el plano físico que conocemos no tendrá nada que envidiar a los supuestos Mundos Intangibles que la gente suele idealizar o imaginar. Para conseguir evolucionar el ser humano debe buscar en su vida adquirir la mayor cantidad de conocimientos, su mejor versión física y dominar cuantas más habilidades mejor.

>>El máximo representante del evolucionismo es Joseph Damon y esta filosofía se ha diseminado por todos los dominios de la humanidad de una forma espectacular construyendo por doquier centros conocidos como Naves de la Esperanza donde estudian todo lo publicado por la cúpula de esta filosofía a través de la Editorial Nuevo Mundo. ¿Quieres saber más, Teo? - Preguntó Sheila antes de comenzar a repasar todo lo que había salido por su boca.

-Con esta pincelada me sobra. Gracias. - Enunció Teo dibujando una tímida sonrisa en su cara.

-Bueno, pero dime, ¿Qué te parece? - Inquirió Sheila con un toque de indignación.

-Me parece que como la gran mayoría de religiones ya están comenzando a jugar con las ilusiones de la gente y han empezado a comercializar algo que cubre las necesidades de esperanza. ¿Te acuerdas de las palabras providenciales de la Entidad que se materializó en el Tratado de las Esencias? - Inquirió Teo contactando visualmente con su compañera de viaje.

-Pues palabra por palabra la verdad es que no. - Respondió la joven.

-Yo te las recuerdo. Sus palabras fueron: ”Cuando se hace bailar al tiempo, es cuando uno de los míos aparece. Yo busco cuando vosotros sois gravedad, yo existo en contraprestación a lo insalvable, yo aparezco para poder volver a mis asuntos y desaparezco marcando a los que confían en sí mismos. Sea así que este liderazgo sea inmune al tiempo y que sea reconocible a través de la luz, pues estos hombres, a partir de este momento ostentarán el privilegio de la evolución que mi intervención hoy ha de provocar." Está claro que los cinco elegidos son un caso extraordinario y aislado que no se va a volver a repetir a no ser que haya otra Teofanía de este estilo como consecuencia de que la humanidad vuelva a hacer bailar el tiempo, es decir y en mi opinión, que la raza humana adelante algún acontecimiento considerablemente en el tiempo que requiera de la ayuda de planos superiores para cumplirse. - Apostilló Teo

-Pues ahora que lo pienso, no tengo razones para atacar tu argumento. Parece que tienes razón. - Respondió Sheila mientras se tocaba con el dedo índice su boca cerrada.

-Cuando tengas tiempo me gustaría que le dieras una pincelada al Budismo Sheila, te lo recomiendo porque no he encontrado otra filosofía que me resuene internamente tanto y, además, se preocupa por evitarle sufrimiento a las masas a través de herramientas muy útiles. Este es mi consejo del día. - Dijo Teo mientras miraba el Sol. - Deben ser las ocho y media de la mañana así que alcanzaremos el pico de Urbión sobre las diez y llegaremos a la hora de comer a Montenegro de Cameros. Recuerda mi joven amiga que caminas con un viejo - Añadió Teo a la vez que tocaba con el bastón el muslo más cercano de su compañera.

Tal y como había planeado Teo y Sheila alcanzaron la cumbre del pico de Urbión a las diez de la mañana y eso que pararon un ratito en el nacimiento del río Duero para que la muchacha se deleitara con la belleza de aquel lugar. Cuando llegaron a la cima Teo buscó un sitio donde sentarse y Sheila decidió dar una vuelta por aquel lugar después de que el viejo la avisara de que partirían de nuevo en aproximadamente cuarenta minutos. El ascenso hasta allí había cansado bastante a Sheila así que no le extraño que Teo decidiera descansar durante la parada. Ahora la joven muchacha entendió el pequeño desvío para ascender hasta aquel pico ya que las vistas simplemente eran impresionantes e inspiradoras.

Al rato Sheila volvió donde estaba Teo y ambos reanudaron la marcha hasta Montenegro de Cameros, al pie del puerto de Santa Inés, un tramo que discurrió tranquilamente y sin sorpresas. Antes de llegar cruzaron un río poco caudaloso y pasaron por una posada, rodeada de casas en mal estado, que había sufrido bastante el paso del tiempo pero que aún conservaba, en líneas generales, su antiguo esplendor por su estilo arquitectónico así como los materiales empleados en su construcción. La entrada carecía de puerta principal y a continuación Teo accedió a ella después de hacerle un gesto a Sheila que esta interpretó como que debía esperar hasta que el viejo ermitaño le diera permiso para entrar. Al minuto Teo salió e invitó a Sheila a pasar. Las estancias interiores y el mobiliario estaban bastante mejor que el aspecto exterior del edificio. Había una chimenea al fondo de la sala y en cada lado de esta Sheila vio unas pequeñas pilas de leña de todos los tamaños como si alguien hubiera preparado el lugar para una posible futura visita y dedujo que seguramente era otra base de Teo.

-¿Sabes encender un fuego Sheila? - Sorprendió Teo a la muchacha cuando esta estaba inmersa en sus pensamientos.

-Lo puedo intentar. - Contestó Sheila mientras se frotaba las manos.

-Esa es la actitud. En aquella habitación hay papel de periódico y coge este mechero. Voy a ver si traigo algo para comer. Tardaré más o menos una hora. Espero que cuando vuelva no haya ardido todo el pueblo. Aquí te dejo esta garrafa de agua por si ves que se te va de las manos. Ahora te veo. - Dijo Teo mientras avanzaba hacia la salida.

Sheila preparó el fuego con menos esfuerzo de lo que pensaba que le iba a costar y fue alimentando las llamas con troncos cada vez más gordos. En menos de una hora apareció Teo con un conejo ya limpio y troceado preparado para comenzar a cocinarlo. Abrió una lata de sofrito en conserva y al rato añadió la carne de aquel animal junto con algunas especias que siempre llevaba con él. El guiso le volvió a parecer delicioso a Sheila y cuando acabaron de comer se dirigieron al centro del pueblo, específicamente a una iglesia la cual recibía el nombre de Nuestra Señora de la Asunción para descansar un breve periodo de tiempo bajo un árbol que quedaba pegado a ella. Los dos descansaron aproximadamente media hora en silencio. Sheila ya sabía como reconocer cuando Teo no quería hablar y pensó que era normal ya que su vida antes de encontrarse con ella era la más absoluta soledad por lo que de vez en cuando necesitaba un respiro. A las cinco de la tarde Teo se levantó y le dijo a Sheila que era hora de acometer el último tramo de la etapa hasta Villoslada de Cameros, a unas dos horas andando.

Ambos se pusieron en marcha y siguieron una vieja carretera que bordeaba el Parque Natural Sierra de la Cebollera ubicado en la vertiente norte de las montañas del Sistema Ibérico según la información que Teo le proporcionó a la joven muchacha.

-El pueblo al que nos dirigimos tiene como patrón a San Roque y justo hoy se celebra su festividad ¿Qué curioso no? - Dijo Teo a su compañera cuando ya se divisaba el pueblo al que se dirigían en el horizonte. - San Roque es uno de los tres patrones del peregrino y además también es patrón de la ciudad que quieres alcanzar, Santiago de Compostela. - Añadió Teo.

-Muy curioso, siempre he pensado que las casualidades no existen. ¿Y cuál es el plan? - Preguntó Sheila.

-Aquí no tengo nada preparado así que lo primero que vamos a hacer es encontrar una casa a la cual podamos acceder y comprobar su seguridad. Después, dependiendo de la hora que sea, ya veremos lo que hacemos. - Enunció Teo.

-Tengo una pregunta Teo ¿Por qué una de tus prioridades es la seguridad si toda esta zona esta deshabitada? Me he fijado que siempre pones mucho cuidado cuando accedes a ciertos sitios como en la casa de Duruelo de la Sierra y también antes, en la posada donde hemos comido.

-Buena pregunta Sheila. Justo por estar deshabitada esta gran área es potencialmente un sitio para que se refugien personas o bandas de proscritos. Este es un buen lugar para pasar desapercibidos y para hostigar a gente que viene a los bosques a olvidarse de la vida en las grandes ciudades, tal y como es tu caso. Ya te lo dije, el bosque es hermoso pero tiene sus peligros.

-¿Has tenido algún problema durante tu estancia aquí? - Inquirió Sheila con cierta preocupación.

-No, pero he oído historias desagradables que hacen que uno sea precavido. Los proscritos son hábiles rastreando y hostigando a gente de bien. No te dije nada para no asustarte pero necesito que a la vez que aclaras tus ideas me ayudes con la tarea de tener cien ojos hasta que alcancemos la seguridad de la civilización. - Dijo Teo mirando a la espesura del bosque.

-De acuerdo Teo. Ahora más que nunca agradezco haberte conocido. - Añadió Sheila.

Teo y Sheila accedieron a Villoslada de Cameros, que seguía con la tendencia de la zona de edificios abandonados y deteriorados por el paso del tiempo, y llegaron al centro del pueblo donde se encontraba el viejo Ayuntamiento y la Iglesia consagrada a Nuestra Señora del Sagrario. Allí Teo le dijo a su joven compañera que era hora de buscar una casa para poder pasar la noche y tuvieron la suerte de encontrar una bastante cerca del centro que cumplía con los requisitos que Teo buscaba. Eran las ocho de la tarde y aún podían aprovechar algo del día así que recorrieron el pueblo buscando indicios de alguna actividad reciente pero parecía que todo estaba tranquilo y por último Teo quiso enseñarle a Sheila lo que quedaba de la Real Fábrica de Telas dedicada en su día al lavado de lanas y a la confección de finas telas. Teo le explicó que aquella monumental edificación era algo único en la sierra por su antigüedad y tamaño y continúo narrando algo de la historia del pueblo en el que se encontraban. Sheila atendía a las explicaciones de Teo con mucha atención ya que el viejo tenía algo que la enganchaba poderosamente cuando llevaba a cabo las funciones de guía.

-Como he comprobado que te gusta bastante dormir creo que es hora de que demos el día por concluido porque mañana pienso levantarte a las siete de la mañana para asegurarnos que dormimos en Logroño. De vez en cuando a este viejo le apetece la comodidad de un buen colchón y una buena ducha de agua caliente. - Dijo Teo irradiando una especie de entusiasmo.

-Lo veo correcto, capitán de los bosques. - Correspondió Sheila arrancando una leve sonrisa a Teo.

Así los dos se retiraron a la vieja casa cerca del centro que habían colonizado y se prepararon para pasar la noche. Se notaba que Teo estaba cansado y al día siguiente les esperaba una etapa aún más larga. Después de asegurar la puerta principal, preparar ciertas cosas y echarle un vistazo al plano, ambos se acostaron y no tardaron en dormirse.


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