CAP.1.5: CIVILIZACIÓN A LA VISTA

Sheila y Teo anduvieron aproximadamente más de un kilómetro por la vieja carretera que habían cogido en Montenegro de Cameros y por la que habían accedido a Villoslada de Cameros. El río Iregua, nacido en Sierra Cebollera les acompañaría casi todo el camino hasta Logroño. Pronto accedieron a la Carretera Nacional que unía Soria, en el sur, con Logroño al norte conocida actualmente como CNSL. Esta carretera estaba mucho mejor mantenida y contaba con dos carriles de circulación inteligentes a cada lado separados por una mediana que exhibía un surtido de plantas al parecer bien cuidadas por los servicios de conservación de la zona. Aparte, a cada lado de los carriles de la carretera se encontraban vías peatonales que discurrían paralelamente a la carretera ligeramente escalonadas y separadas de esta por una valla que llegaba a la altura de la cintura lo suficientemente robusta para impedir la invasión de algún vehículo. Teo y Sheila accedieron a las que se encontraban a la izquierda de los carriles de circulación dejando la Sierra de Cebollera a sus espaldas y Sheila paró un momento para observarla mientras se preguntaba si los lobos habrían dado alcance a los proscritos y si estos tenían su campamento en aquel Parque Natural.

Sheila y Teo avanzaron hacia el norte mientras no paraban de cruzarse con vehículos aerodeslizados representados sobre todo por buses, camiones y pesados tráileres de mercancías que circulaban a bastante velocidad debido a la seguridad que proporcionaba los carriles de circulación inteligentes que desde hacía bastante tiempo habían sustituido a los conductores por sistemas de navegación ultra avanzados. De vez en cuando pasaba algún vehículo personal pero era raro ya que los sistemas de comunicación entre ciudades eran muy buenos y la gente ya no invertía dinero en mantener su propio transporte personal. La carretera nacional por la que avanzaban estaba rodeada de bellas y verdes praderas que dejaban a la vista escasas y solitarias construcciones. Cuando más o menos llevaban andando media hora Teo y la joven muchacha se cruzaron por la vía peatonal por la que avanzaban con una patrulla de la Guardia Civil formada por cuatro jinetes a caballo formando dos filas de dos y acompañados en la retaguardia por un robot de cuatro patas un poco parecido en su forma a un caballo aunque más ancho, con la cabeza injertada en lo alto del pecho, aproximadamente igual de alto que los animales que estaban delante y de patas más poderosas. Este cargaba con bastantes cosas entre las que Sheila pudo distinguir lo necesario para montar un campamento, un depósito de agua y fardos de pasto para los caballos, entre otras cosas que no llegó a entender. Los Guardias Civiles iban equipados con lo que parecían armaduras semi completas imprimidas en colores pardos de camuflaje, cascos tecnológicos, cinturones con equipamiento entre el que se encontraba una pistola Amper, una linterna y una defensa personal extensible. Colgados en sus espaldas sobre una capa con capucha portaban potentes rifles Amper.

Cuando estaban a la altura de Teo y Sheila el líder de la patrulla hizo un gesto llevándose su mano derecha a la frente en forma de saludo y pasaron de largo en estricto silencio dirigiéndose en lo que parecía a los bosques y entornos rurales de la zona que habían dejado atrás el viejo y la muchacha. Cuando un centenar de metros separaba a Teo y Sheila de la patrulla la joven le dijo al viejo que porque no informaron a los Agentes de su encuentro con los proscritos la noche anterior y Teo le respondió que habrían desperdiciado toda la mañana entre la denuncia que tendrían que haber puesto y los interrogatorios que les habrían hecho sin contar con la transferencia de los datos recogidos por su implante mental a los Agentes que habrían revelado un allanamiento de morada a una casa que seguramente pertenecería a alguien. Teo también le dijo que los Guardias Civiles ya estaban al tanto de la delincuencia en los entornos rurales y seguramente aquella patrulla tenía como objetivo neutralizar a las bandas de proscritos. Entonces Sheila puso de relieve la superioridad numérica de los proscritos con respecto a aquella patrulla de la Guardia Civil a lo que Teo le hizo saber que aquella banda de delincuentes no tenían nada que hacer contra las armas Amper que portaban aquellos cuatro Agentes de la Ley por lo que si se producía una escaramuza, algo bastante improbable, las simples ballestas, arcos o hachas de los proscritos eran totalmente insolventes contra el armamento láser, equipamiento y tácticas de combate de la Guardia Civil. 

La pareja alcanzó sobre las diez de la mañana Villanueva de Cameros, un pequeño pueblo que sí se encontraba habitado mínimamente debido a la actividad económica que generaba el tráfico de visitantes de la carretera nacional con destino Logroño y Soria. Habían escasos servicios entre los que se encontraban una electrolinera, una posada y un bar restaurante al que el viejo y la muchacha decidieron acceder para descansar un poco. Ambos se sentaron en la terraza donde no había nadie y pidieron café, zumo de naranja y unas tostadas con aceite y jamón serrano, un manjar sobre todo para Teo, que llevaba una cantidad considerable de tiempo sin probar este tipo de alimentos ni acceder a servicios de hostelería. El mismo joven que les había tomado nota no tardó en salir con la comanda que habían pedido y Teo se percató que el camarero que les atendía se quedó prendado de la belleza de Sheila ya que no le había quitado ojo y se sonrojó cuando esta le pidió más azúcar. Cuando ambos acabaron de desayunar en silencio ya que Sheila respetaba las costumbres del viejo, esta comenzó a hablar.

-Oye Teo, tú que has ejercido como profesor de economía ¿Me podrías hablar un poco acerca de la gran crisis económica del dos mil viento veinte? - Preguntó Sheila.

-Me sorprende que te interese Sheila. ¿Por qué quieres saber acerca de esta etapa oscura? - Contestó Teo.

-Porque creo que ha sido el detonante de los tiempos que conocemos hoy. - Replicó Sheila mientras dirigía su mirada al suelo.

-Me parece muy bien que te interese así que voy a ayudarte a entenderla sin entrar en demasiados tecnicismos. Pero primero dime que es lo que te han contado sobre la gran crisis que, por cierto, no me pilló por unas pocas décadas. - Hizo saber Teo a la joven.

-Que fue una etapa muy oscura originada por la revolución robótica inteligente que causó mucho sufrimiento a la población y que mucha gente decidió hacer el trasvase permanente al metaverso lo que conllevó a la vez una crisis existencial de la humanidad. - Añadió Sheila contactando de nuevo con la mirada del viejo.

-No está mal Sheila, pero te voy a aportar algo más de información. Empezaré diciéndote que casi como todas las crisis una parte fundamental es que la Administración Pública siempre llega tarde a realizar las actuaciones necesarias para frenar ciertas sangrías. El problema fue que el trabajo humano fue sustituido drásticamente por la robótica inteligente y a la vez las personas no se pudieron reciclar porque aquella ocupó también los puestos de trabajo relacionados con la ingeniería, el diseño, el mantenimiento y dirección de la transición hacia una nueva era. Esto dejó a millones de personas sin trabajo y a las naciones sin casi posibilidad de recaudar impuestos que se tradujeran en ayudas para la gente sin empleo. Estos comenzaron a perder sus ahorros, sus casas y hasta su dignidad. A su vez las primas de riesgo sobre las deudas públicas de los países se dispararon limitando el acceso de estos a los recursos. Esto junto con la oleada de suicidios, la reducción de la natalidad y la adherencia al metaverso como nueva forma de vida dejó a la especie humana hundida en la miseria, sobre todo en los países desarrollados donde la revolución robótica inteligente se dio con mas fuerza. Todo esto significó un círculo vicioso destructivo que contrastaba con la concentración de la riqueza en las empresas tecnológicas que cuando vieron que todas las miradas apuntaban hacia ellas decidieron abandonar sus países y comprar la costa noroeste de África para asentarse y no ser acribilladas por los sistemas fiscales de los diferentes países. Y así podríamos decir que el mundo comenzó a secarse durante más de veinte años debido a la codicia de las grandes multinacionales que representaban a la revolución robótica inteligente que, pese a ser demonizadas globalmente, no dejaban de colocar sus productos en el mercado. Y así comenzó la guerra económica entre las grandes multinacionales y los países soberanos que duró otra década hasta que estos últimos, en un proceso tedioso y largo, fundaron el Gobierno Mundial y pudieron someter a las grandes multinacionales con la fuerza de leyes de ámbito internacional. Poco a poco se fue recobrando la normalidad que nos ha conducido hasta la estabilidad económica que nos ofrece el día de hoy. No puedo resumirlo más mi joven amiga.

-Parece mentira que el ser humano pueda ser tan cruel al mirar tan solo el beneficio económico y apartar la mirada de los efectos perversos que produce su codicia. - Dijo Sheila con una expresión que reflejaba cabreo y sorpresa a la vez.

-El ser humano no es perfecto Sheila y solo avanza a base de tropiezos de distintas personas en distintos tiempos con la misma piedra. Mira ahora la amenaza independentista de la Mega Estación Espacial de Urano. Son las dos caras de la misma moneda, los que quieren mantenerse en el poder y los que quieren obtenerlo. Este eterno conflicto es, aunque parezca mentira tal y como dices, lo que produce el desarrollo de nuestra especie y lo que ofrece al mismo tiempo las mayores calamidades. Ese es el factor común que se puede sacar del estudio de nuestra historia. - Añadió Teo mirando al interior del bar.

Teo y Sheila siguieron charlando un rato más acerca de las medidas que había tomado el Gobierno Mundial para limitar la implantación de la robótica inteligente en algunos sectores económicos y como la economía mundial era gestionada por la inteligencia artificial. La pareja acabaron haciendo previsiones personales de cómo iba a afectar el Nuevo Renacimiento a la Cosmosociedad que intentaba construir la humanidad. Entonces Teo le hizo una señal al camarero que les había atendido para que les trajera la cuenta. Teo pagó el desayuno poniendo al alcance de la mirada del camarero su anillo bancario y Sheila aceptó entre algún reproche que la invitara. Ambos abandonaron la terraza y volvieron a incorporarse a la CNSL con dirección al norte por la vía peatonal cruzándose en raras ocasiones con otros viajeros que en principio también querían alcanzar Logroño andando por aquellos bellos paisajes y con alguno de ellos mantuvieron alguna breve conversación de carácter trivial sin mucha más importancia.

A la hora y media de camino Teo y Sheila alcanzaron Torrecilla en Cameros, el pueblo más grande que hasta ahora la pareja había visitado desde su encuentro en los bosques pero el paso del tiempo había mermado su población contando con escasos servicios circunscritos a las necesidades de los visitantes que le aportaba la CNSL aunque contaba con bastantes monumentos y edificios históricos debido a que antiguamente fue la capital de la ya inexistente comarca de Tierra de Cameros. El viejo y la muchacha pasaron de largo pese a que les habían recomendado que visitaran este pueblo, rico en historia y edificaciones. Sobre las dos de la tarde el viejo y su compañera se desviaron de la carretera nacional y cruzaron un puente medieval sobre el río Iregua para alcanzar Viguera con la intención de comer allí y volver a descansar con el objetivo de afrontar la última etapa del camino por la tarde con destino a Logroño. Teo y Sheila localizaron el único restaurante del pueblo conocido como el Refugio que claramente se enorgullecía de sus más de trescientos años de historia a través de un clamoroso cartel a la entrada del negocio y que estaba situado en el centro del pueblo y muy cercano a la Iglesia de Viguera, donde Sheila intuyó que Teo querría echarse una breve siesta después de comer debido a que al viejo le gustaba descansar cerca de algún edificio religioso por alguna razón que a la joven todavía se le escapaba.

Teo y Sheila entraron al restaurante y vieron que habían unas cuantas mesas ocupadas por comensales que debían ser de la zona. En la entrada un par de floreros estaban repletos de plumas de pavos reales y Teo pasó la mano por uno de ellos mientras esbozaba una leve sonrisa en su cara, algo que pasó desapercibido para Sheila pues estaba concentrada en la decoración rural del restaurante que era muy acogedora. Enseguida fueron atendidos por un señor que debía tener más o menos la edad de Teo y que les invitó a sentarse en una de las mesas para acto seguido ofrecerles los platos que podían elegir para comer enfatizando en el hecho de que su especialidad era la parrilla. Teo pidió patatas a la riojana y chuletas al sarmiento y Sheila un entrecot con patatas fritas. Tuvieron que esperar un cuarto de hora para que un robot característico en la hostelería les trajera su pedido a la mesa. Mientras comían Sheila vio que en lo alto del muro de detrás de la barra había lo que parecía ser un arma que no había visto nunca y antes de que pronunciara una palabra para romper el silencio que solía reclamar Teo mientras comía, este comenzó a hablar.

-Dime Sheila ¿Qué es lo que reclama tan poderosamente tu atención que hace que aún no hayas comenzado a degustar tu apetecible plato? - Preguntó el viejo tras dar un sorbo al vaso de agua. 

-Allí, en lo alto de la barra ¿Qué es eso? - Indagó Sheila.

-Es una vieja escopeta de caza, un arma antigua que requería munición. Se accionaba cuando el percutor golpeaba la base del cartucho que contenía pólvora y provocaba un disparo de bastante potencia. - Replicó Teo.

-Nunca había oído hablar de esa tecnología. - Dijo la joven sin apartar la mirada del arma.

-Fue prohibida por el Gobierno Mundial en sus comienzos debido a que cualquiera podía empuñar este tipo de armas letales. Se retiraron del mercado global casi todas ellas y se cerraron las fábricas de munición para este tipo de armas. Esta es una escopeta pero también se fabricaban pistolas, rifles y armas de gran calibre, entre otras. En definitiva, se prohibieron las armas de fuego y la pólvora para estos usos. Como sabes, ahora se utilizan las armas Amper que requieren de la identificación del usuario antes de ser utilizadas para garantizar su uso exclusivo por personas autorizadas. - Añadió Teo.

-¿Antes cualquiera podía utilizar este tipo de armas? - Preguntó Sheila sorprendida por lo que le había contado Teo.

-Sí, y llegó un punto en que la criminalidad en torno a ellas fue tan elevada que se cortaron por lo sano. Ahora los delincuentes tan solo utilizan armas de proyectiles que suelen ser fabricadas por ellos mismos como arcos o ballestas. Antes cualquier criminal podía causar grandes daños con ese tipo de armas de fuego. Y creo que el retirarlas por Ley a nivel global ha sido lo mejor que ha hecho el Gobierno Mundial hasta ahora. Lo que me extraña es que no hayas oído hablar de ellas hasta ahora. - Dijo Teo dándose unos golpecillos en una de sus sienes con su dedo índice.

-Pues no. Vaya locura de armas. - Contestó Sheila asintiendo.

-No te puedes ni imaginar las barbaridades que se han cometido con estas armas en el pasado. Algún día te contaré alguna pero ahora come. Sería una pena no disfrutar de ese pedazo de carne mientras aún está caliente. - Pronunció Teo señalando al plato de la muchacha dedicándole una leve sonrisa.

Ambos terminaron sus platos casi a la vez y tras volver a pagar la cuenta el viejo acercando su anillo al escáner del mismo robot que les había llevado la comida, abandonaron aquel restaurante para dirigirse tal y como había intuido Sheila a la Iglesia de Viguera, un par de calles más al sur, para descansar un rato antes de volver a incorporarse a la CNSL y afrontar el último tramo hasta Logroño. Se notaba que Teo estaba cansado y tener la barriga llena también ayudó a que rápidamente se quedará dormido sobre un banco que había en las cercanías. Sheila, por otro lado, le estuvo dando vueltas a como cualquier persona podía arrebatarle la vida a otra tan fácilmente con aquella antigua tecnología que representaban las armas de fuego. Cuando pasó una hora Sheila creyó conveniente despertar al viejo y así lo hizo. Tras unos instantes en los que el viejo prestó atención al estilo arquitectónico de aquella Iglesia, ambos se dirigieron al noreste para volver a incorporarse a la CNSL. El camino hasta Logroño les tomaría aproximadamente tres horas, algo que entusiasmaba sobre todo a Teo ya que hacía bastante tiempo que no entraba en contacto con una gran urbe y los servicios que ofrecía. El viejo tenía ganas de tener civilización a la vista y así se lo hizo saber a su joven compañera.


SIGUIENTE SUBCAPÍTULO


Comentarios

Entradas populares de este blog

CAP. 1.1: UN ENCUENTRO INESPERADO

CAP. 2.4: INGRESO A LA ACADEMIA

COMUNICACIÓN AL VISITANTE IV