CAP. 2.8: UN RITMO DESCOMUNAL

 -Sí. No hay más órdenes de la cúpula hasta el momento. Por cierto ¿Cómo va la aproximación a la joven promesa de la Academia?

-Bien. Uno de mis acólitos ya ha tenido el primer contacto con ella y parece que le ha caído en gracia, maestro.

-Perfecto. Recompensa a ese súbdito tuyo para motivarle a que siga ganándose su confianza. Recuerda que es un asunto importante para la cúpula y ahora que la mente del objetivo no dispone de una formación funcional decente que la proteja es el momento de comenzar a trabajar con ella.

-Pero ¿Cómo una novata ha llamado la atención de los Agentes de la cúpula, maestro?

-La única explicación que encuentro es que algún oráculo al que tienen acceso ha predicho que esa novata se convertirá en una Agente poderosa conforme vaya avanzando en la Academia. Ya sabes que la cúpula, de momento, no busca cantidad en sus filas para mantenerse en la sombra, sino calidad. Ya sabes que pasaría si nos descubren. Nada bueno.

-Entendido maestro. Seguiré de cerca este asunto. Por cierto ¿Cuándo será posible que conozca a uno de ellos maestro?

-Todo a su tiempo, mi querido discípulo. Pero te aseguro que los planes siguen avanzando y algún día accederemos a la gloria divina. Es hora de despedirnos. Por cierto ¿Dónde estás?

-Estoy en mi casa disfrutando de un descanso pero me queda poco para volver a mis funciones en los hangares, maestro.

-Suerte para tu próximo viaje. Me han comentado que los Setpeirs cada vez dan más guerra.

-Están muy activos. Parece que andan cortos de tiempo existencial y cada vez se atreven más a realizar incursiones en los álveos bajo nuestro dominio. Hace poco perdimos un cargamento entero de Almas que se dirigían a Edén. Desde entonces se han doblado las guarniciones de los Nexos que se encargan de esas rutas, maestro.

-Desde luego si consiguen sus objetivos eso supone un gran problema. Esperemos que ninguna de esas Almas fuera la fuente de algún yo consciente significativo para la historia de la humanidad. ¿Y cómo ocurrió?

-El Nexo que las transportaba no pudo teletransportarse debido a que entró en pánico. Cuentan que fue víctima de un ataque mental que le provocó alucinaciones que le incapacitaron. Se desconoce si el ataque fue muy potente o la mente funcional del Nexo no estaba a la altura. Pero ya sabes que a veces algo malo pasa para concienciar a todo el mundo y que no vuelva a ocurrir. Hay una investigación en marcha. Como te he comentado, maestro, esos piratas deben tener grandes necesidades de tiempo existencial.

-Hace poco esa desgracia también sacudió a los Messores. Pues deben haber conseguido un buen botín.

-Ni te imaginas. Yo diría un botín incalculable, maestro.

-Muy bien. Tengo que irme. Descansa y sigue trabajando en esa novata. Es muy importante para la cúpula. Lo que significa que también lo es para mí y si a mi me va bien a ti también. Gloria a los nueve.

-Cuídate maestro. Gloria a los nueve.


Aitana se despertó después de un largo sueño. Cada vez que llegaba al descanso rutinario después de una racha muy concentrada de clases necesitaba hacer una cura de sueño ya que no se podía permitir dormir mucho cuando estaba sumergida en el ritmo académico. Sin embargo no se podía despistar ni relajar. En esos dieciocho eones sin clases tenía que hacer ocho trabajos relacionados cada uno de ellos con una asignatura de su plan de estudios y ya había gastado cinco durmiendo. Al menos le consolaba que había alcanzado el ecuador del primer curso académico y no había sido descartada en ninguna de las ramas de evolución mental tal y como le había ocurrido a ciertos compañeros de quinta. Incluso Gunther y Daniel habían decidido abandonar la Academia porque no podían soportar el ritmo y eso que sus planes de estudios estaba mucho menos cargados que el suyo. No sabía que le depararía el futuro a sus excompañeros pero les deseaba lo mejor ya que eran buenas personas pero todo esto no iba de rasgos de la personalidad sino de actividad mental y fuerza de voluntad.

Aitana se levantó de la cama y decidió que no saldría de la habitación hasta tener finalizados los cuatro trabajos de las asignaturas de conocimiento mental, anatomía del avatar, constitución de Edén y mente funcional. A esas alturas ya se había dado cuenta que el formato de las encomiendas de los profesores a los alumnos solían ser tesis acerca de lo abordado en clase con la intención de obligar a los estudiantes a pensar sobre un total entendimiento de la materia que se había dado. En tres eones terminó con ellos y fue la primera vez que fue consciente que el trabajo en la rama intelectual estaba dando resultados ya que tenía más claridad a la hora de pensar y más facilidad de alcanzar un estado de concentración adecuado. Le quedaban aún por llevar a cabo otros cuatro trabajos y estimó que necesitaría cuatro eones más para llevarlos a cabo lo que le dejaba libres seis eones en los que tenía que dormir pero pese a notarse ya cansada quería como mínimo darse un paseo por el campus para relajarse y dedicarle tiempo a pensar en lo que surgiera. Además, si tenía suerte, Dalai le haría una visita ya que hacía tiempo que no hablaba con él y también tenía la intención de ver a su grupo de colegas para echarse unas risas y desconectar de toda aquella locura.

Pese a esas alturas del curso académico Aitana aún no había llevado a cabo ningún acto sobrenatural que requiriera maná y bien sabía de oídas que esos actos desgastaban la mente mucho al principio por lo que llegó a la conclusión que las cosas se iban a complicar más en un futuro. Jamás se le habría ocurrido que hiciera falta tanta teoría para preparar la mente para actuar en sus distintas áreas de especialización pero un profesor le explicó que se necesitaba comprender bien como funcionaba para llegar a dominarla. Llegó el momento que Aitana tuvo que tirar de cierto autocontrol para parar sus pensamientos ya que se encontraba tan cómoda en ellos que ya había pasado medio eón y ni siquiera se había vestido así que se preparó y salió de la habitación para dar ese paseo tan necesario para ella. Aitana caminó y caminó por el campus y de repente se le antojó disfrutar de una consumición de serenidad enfrascada ya que recordó los efectos que le produjo la primera y última vez estando con Dalai así que, pese al hecho de no poder acceder a las emociones enfrascadas ya que aún no tenía la habilidad suficiente para transferir su tiempo existencial a modo de pago, decidió acercarse al club social de la casa del estudiante a probar suerte.

Durante el recorrido Aitana deseo que Dalai estuviera allí para que la invitara a aquella consumición pero cuando llegó no vio a nadie conocido. La alicantina exploró hasta el último rincón de aquel edificio ya que sabía que sus colegas solían ir de vez en cuando a realizar talleres que allí se hacían pero tampoco tuvo esa suerte y justo cuando iba a abandonar el lugar escuchó su nombre desde una de las mesas del club social. Aitana reconoció a Cloé desde la lejanía que estaba sentada junto a dos compañeros que portaban los mismos uniformes que ella de un color azul oscuro. Cuando se acercó hasta la mesa Cloé se levantó, le dio un abrazo y le dijo a sus compañeros que iba a tomarse algo con su recién llegada compañera a lo que ellos le reclamaron jocosamente que no se había tomado nada hasta ahora pero que ahora iba a hacerlo con aquella novata. Cloé rogó a Aitana que disculpara a aquellos dos estúpidos ya que llevaban dos rondas de euforia enfrascada y seguidamente ambas se dirigieron a una mesa bastante alejada de ellos.

-¿Qué tal Aitana? La última vez que nos vimos fue en el Colegio Mayor y tan solo pudimos saludarnos.

-Bien y sí, lo recuerdo porque después en mi habitación tuve mis primeros dolores de cabeza en Edén.

-Los dolores de cabeza se asocian a cambios en la estructura mental, entre otras cosas, así que suelen ser un buen indicador de que vas por el camino correcto. Bueno, yo voy a tomar un frasco de serenidad ¿Te apetece algo? Yo invito. - Expuso Cloé a la vez que depositaba su mano sobre el hombro de Aitana.

-Pues no te mentiré. Venía con la intención de tomar lo mismo para relajarme.

-Pues has tenido suerte porque si no me equivoco aún no puedes pagar.

-Efectivamente. 

-Cuando te apetezca tomarte algo no dudes en buscarme en mi habitación. Estoy en el edificio número tres, planta segunda, habitación tres mil doscientos dieciocho. Grábatelo a fuego. - Dijo Cloé mientras se tocaba con los nudillos de su mano la sien.

-Muchas gracias Cloé. 

-De nada. Y dime ¿Por qué estás agobiada? - Preguntó Cloé mientras le hacía unos gestos a uno de los camareros del club social.

-Mucho esfuerzo y trabajo.

-¿En cuántas ramas de especialización mental has sido aceptada?

-En las cinco.

-¡Pero bueno! Vaya tela. Ahora entiendo. Tan solo conozco dos casos iguales que el tuyo en toda la Academia. Siempre les digo que si yo ya lo flipo con funcional, intelectual y axial no me puedo imaginar lo que tiene que ser afrontar las cinco especializaciones..

-Y lo malo es que mi mente no para en el tiempo libre.

-A eso se le llama ambición. No es malo no conformarse con lo que a uno se le ofrece siempre que no acabe en una frustración incapacitante.

-No, eso no me ha llegado a pasar.

-¿Te puedo hacer una pregunta íntima, Aitana?

-Adelante.

-¿En qué crees?

-Pues en la Tierra era agnóstica pero aquí creo en la existencia de un Creador omnipotente al que debemos serle útil para garantizar nuestra supervivencia.

-¿Y no te parece que eso suena un poco a esclavitud? . Indagó Cloé a la vez que el camarero llegaba a la mesa con las consumiciones que ambas habían pedido..

-Es una forma de verlo pero entonces también fuimos esclavos en la Tierra. Esclavos del trabajo y esclavos del ocio necesario para volver al trabajo en buenas condiciones.

-Exacto. Esclavos en los dos planos. ¿Y no te parece también que la vida eterna puede llegar a ser aburrida cuando alcances tu máximo potencial?

-Pues no sé. De momento estoy encantada con todo el margen que tengo por delante. Cuando alcance mi máximo potencial una sigue teniendo  margen para hacer cosas distintas.

-Perdona Aitana pero estaba practicando contigo un ejercicio que sirve para el desarrollo intelectual. Se trata de interpretar desde varios ángulos una misma cosa. Y a mi me ha dado esta vez por ser pesimista.

-Pues mujer en parte tienes razón pero es una obligación para las mentes saludables el intentar ver el lado bueno de las cosas.

-Eso es una verdad como un templo. Siempre se le rinde cuentas a alguien ¿Verdad Aitana?

-Así es, siempre.

-Al igual encontramos en un futuro a alguien que evolucione su mente tanto que se equipare con la del Creador y decida cambiar las reglas de este juego.

-Eso sería genial pero suena a utopía. Para empezar el Creador tendrá recursos externos distintos a los de los dos planos que conocemos. Para acabar si sostiene a las esferas de existencia en función de que éstas le ofrezcan frutos útiles es porque tiene la necesidad de optimizar sus recursos. Esta optimización suele expresar competitividad y no hay competitividad si no existen dos o más competidores que deban sobrevivir. Seguramente esa competitividad se base en factores distintos a los nuestros. Por lo tanto no se dan las mismas condiciones en el mundo intangible que en la dimensión en la que se mueve el Supremo Hacedor y esa diferencia, en mi opinión, imposibilitaría que ocurra lo que has dicho.

-También era una utopía pensar en la existencia de la vida eterna y aquí estamos. Quizás uno de los destinos de cualquier vida inteligente es conseguir plasmar utopías en la realidad. Quizás las utopías sean la mayor fuente de diversidad y, como sabes, la diversidad es fuente de singularidades útiles para el Creador. A veces solo hace falta comprometerse con los sueños de uno mismo y una pequeña ayuda del exterior.

-Pues te diré que no lo había visto desde ese paradigma. Es bastante profundo así que necesitaría tiempo para debatir en esa línea. - Dijo Aitana con un semblante pensativo.

-Lo veo bien. A ver si la próxima vez que nos veamos me dices algo.

Aitana y Cloé siguieron hablando acerca de temas menores que generaban dudas a la alicantina. En un momento dado Aitana desvió la mirada hacia la puerta principal del edificio y vio como entraba Dalai. Rápidamente le hizo una señal levantando el brazo y Dalai la vio al instante lo que le hizo dibujar una sonrisa en su cara. 

-¿Quién es? - Preguntó Cloé.

-Es mi tutor. Siempre acaba encontrándome esté donde esté.

-Eso tiene una explicación. Nunca quedáis en un sitio concreto ¿verdad?

-Pues la verdad es que no. 

-Pues ya sabes que una de las especializaciones mentales de tu tutor es el lado axial y debe tenerlo bien desarrollado. Recuerda estas palabras Aitana, nada ocurre por casualidad en Edén. - Dijo Cloé antes de que Dalai llegara a la mesa donde estaban y se sentara junto a ellas.

-¿Qué tal chicas? Espero que bien. Mi nombre es Dalai. Encantado de conocerte.

-Yo me llamo Cloé. Lo mismo digo.

-Aitana parece que has conocido a una alumna de nivel más avanzado tal y como querías. Me alegro de que lo hayas conseguido. - Dijo Dalai mirando a Cloé.

-Pues la verdad es que fue bastante fácil y fortuito. Yo estaba intentando explicarme algo que vi y de repente la explicación vino a mi de parte de ella. - Aclaró Aitana.

-Ya le dije que las mentes curiosas tienen sus beneficios. - Añadió Cloé dándole un golpecito en el hombro a Aitana.

-Eso es verdad. Pero es algo que tiene que refinar porque a veces no sabes donde te puede llevar. - Dijo Dalai.

-Por suerte el Campus es un buen lugar para no preocuparse por esas cosas. Además con el potencial mental que tiene Aitana seguro que tiene a un tutor excelente para que le enseñe. - Expuso Cloé.

-No me quejo. -Dijo Aitana antes de dibujar una leve sonrisa en su cara.

-¿Cómo que no te quejas? Deberías dar saltos de alegría conmigo. - Enunció Dalai soltando una carcajada.

-Vale. Vale. Estoy muy contenta. Aunque no dejas que explote todo tu potencial. - Añadió Aitana.

-Paso a paso Aitana. Si fuera por ti ya sabrías más que yo. Y seguramente en un futuro me superes, lo tengo claro. - Manifestó Dalai pasando de mirar a Aitana con cierto cariño a clavar la mirada sobre Cloé con un gesto de cierta concentración.

-Sin lugar a dudas también a mí. Me acuerdo de la primera vez que nos conocimos. Empezamos hablando de telepatía y con la curiosidad de su mente acabamos hablando sobre las consecuencias de invadir una mente sin el permiso de su propietario. Le expliqué que aquello era un delito y que se podía rastrear al delincuente debido a que siempre se deja una huella cuando uno gasta maná con esas intenciones ¿Verdad Dalai? - Preguntó Cloé.

-Es verdad. La gente con un desarrollo funcional pobre de la mente puede ser víctima de esta clase de invasiones que encierran detrás multitud de intenciones. Pero bueno, ese tipo de invasiones se suelen dar  sobre agentes que encierran en sus mentes material sensible. Y creo que nosotros no tenemos nada que ocultar.- Dijo Dalai mientras hacía un gesto a la barra desde la mesa para que le atendieran. ¿Otra ronda de lo mismo?

-No para mí. De hecho me voy ya. Tengo cosas que hacer. - Le hizo saber Cloé al tutor y a la tutelada.

-Pues yo sí que me tomaré otra. - Dijo Aitana.

-Vamos Cloé. Insisto y yo invito. - Añadió Dalai.

-Te lo agradezco pero debo irme. Ya nos veremos en otra ocasión. - Anunció Cloé.

-Eso seguro, Cloé. Cuida de Aitana por mí en el Campus. - Articuló Dalai dedicándole una sonrisa a su nueva conocida.

Cloé se levantó de la silla y recogió sus cosas con rapidez como si tuviera prisa por llegar a algún lado y en el proceso tropezó con algo lo que la hizo desequilibrarse un poco pero se repuso sin problemas. Cuando alcanzó la puerta principal del edificio para salir uno de sus dos compañeros con los que había estado antes le gritó que en algún momento de su existencia se habían conocido. El otro le gritó que era de mala educación no despedirse. Cloé se dio la vuelta y les hizo un corte de manga que provocó intensas carcajadas en aquellos dos sujetos que estaban eufóricos gracias a las consumiciones que Aitana sabía que habían tomado. 

Después de aquel griterío la alicantina le dijo a Dalai que le había echado de menos pese a que este la avisó que sus sesiones serían menos frecuentes conforme avanzara el curso académico. A continuación le preguntó sobre qué iba a tratar ese encuentro y Dalai le contestó que no se iba a dar ninguna sesión como las de costumbre sino más bien una conversación en confianza entre dos amigos. Aitana avisó a Dalai que no tenía mucho tiempo ya que las obligaciones le llamaban pero aún así estuvieron hablando aproximadamente medio eón acerca de las inquietudes, avances y expectativas de la alicantina mientras se tomaban la consumición de serenidad enfrascada. A Aitana le vino muy bien ese encuentro ya que pudo soltar todo lo que había interpretado como negativo en su formación y Dalai orientaba cada punto hacia el lado positivo para tratar de convertir las fuentes de frustración de su tutelada en factores de motivación. Aitana pensó que aquel encuentro fue la primera vez que hablaba con su tutor al mismo nivel y le hizo darse cuenta de la sabiduría y rapidez mental de este para empatizar, entender y ofrecer una solución de lo más lógica a sus pequeños problemas. Al final Dalai acabó con una arenga que terminó por animarla y que junto a los efectos de la consumición de serenidad le hicieron abandonar el club social con un montón de energía, capacitándola para superar cualquier cosa que se le pusiera por delante. Los dos se despidieron en la entrada de la casa del estudiante y Aitana decidió aprovechar aquel estado anímico poderoso para retirarse a su habitación y terminar con los cuatro trabajos que le quedaban, más complejos de abordar que los que ya había hecho.

Durante el camino de vuelta reflexionó sobre cómo podía ser que si tenía en su poder la capacidad de despertar sus virtudes en un formato de alta calidad debido a que su personalidad se basaba en el constructo de un espíritu basado en ellas, alguna vez se sentía incapaz de sostener en el tiempo el esfuerzo que requería todo aquello. Llegó a la conclusión que para expresar esas virtudes en su máximo apogeo tenía que tener una salud mental fuerte y si eso no pasaba todo se desmoronaba. Al final la mente era una máquina muy potente a la que si le faltaba un componente, por muy irrisorio que fuera, reducía su eficiencia considerablemente o incluso llegaba a pararse. Pero en el fondo sabía que el agotamiento mental que arrastraba era parte del entrenamiento para conseguir ser resolutiva bajo presión y aumentar la resiliencia mental.

Cuando llegó a su habitación se puso con los restantes trabajos que le quedaban y acabó tan cansada que decidió suspender el plan de localizar a sus colegas para retirarse directamente a dormir. No quería que la expulsaran de ninguna rama de especialización mental como ya le había ocurrido a un número considerable de compañeros y eso requería de poder disponer de una mente descansada y equilibrada capaz de ofrecer la mejor cara de sus virtudes conseguidas a través del periplo de múltiples vidas en el plano físico.

Cuando despertó se mentalizó de la rutina que le esperaba constituida por ocho eones de clase, dos eones de descanso, otros ocho eones de clase más y cuatro eones de descanso en los que tenía que dormir y estudiar y que cerraban para ella un ciclo de actividad académica.. Este formato se repetiría una decena de veces antes del siguiente descanso de dieciocho eones como el que acababa de disfrutar. Un ritmo descomunal reservado para las mentes con más potencial de la Academia.


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