EPDT: 9.- DECISIÓN FINAL
Agamon convocó a todos sus secuaces en la sala del trono para seleccionar a un grupo de entre los cuarenta y seis integrantes de su tribu con la intención de que abandonaran sus tierras para garantizar la supervivencia de su propia raza. Agamon pensó en debatir con sus súbditos el plan propuesto por Mahdi pero al final se dio cuenta de que lo más lógico era aceptarlo ya que si no hacían nada todos perecerían por el paso del tiempo sin que nadie en el Mundo Intangible fuera consciente del genocidio que se estaba dando en sus tierras. Agamon esperaba que las plazas en aquel transporte humano se cubrieran de forma voluntaria sin tener que llegar a forzar a nadie a hacerlo aunque no dudaría ni un momento en utilizar su estatus para conseguir que un número determinado de sus congéneres embarcara en la misión de abandonar su esfera de existencia.
Mahdi le dijo a Agamon, tras realizar ciertos cálculos con Sigrid que la capacidad del exologos en el que partirían podía acoger a unos veinte miembros de su especie. Agamon expuso en aquella convocatoria el plan de los humanos y la necesidad de voluntarios para adherirse a él pero tal era la lealtad que sus secuaces le brindaban que al final tuvo que ordenar que los más viejos y, por ende, los que disponían de menos tiempo existencial, serían los elegidos para embarcarse en aquel pequeño éxodo hacia tierras desconocidas sin el liderazgo de Agamon, quien decidió quedarse debido a ciertas motivaciones que no quiso revelar al que ya consideraba su amigo humano Mahdi. Por esta razón Agamon decidió nombrar como líder de aquellos veinte elegidos al más veterano de todos y que era conocido bajo el nombre de Deretor.
Una vez que la convocatoria cumplió su objetivo la tribu al completo decidió que viajaría al completo hasta donde los humanos decían que tenían su transporte y a la vez al líder de su expedición. En aquel punto de extracción se despedirían de sus hermanos para después volver a la base situada en la cima de la montaña más alta de la cordillera. Y así fue que Agamon con sus cuarenta y seis secuaces se pusieron en marcha siguiendo al quinteto humano a través de la ruta que estos habían seguido para llegar hasta su encuentro. Durante el viaje de vuelta Mahdi le contó a Sigrid y a su escolta todo lo que había hablado con Agamon durante su paseo en la más estricta intimidad así como todo lo que vio desde aquel mirador. Los cuatro compañeros de Mahdi no dieron crédito a la crueldad con la que los Agentes Disruptivos se garantizaban los recursos necesarios para su campaña contra el Supremo Hacedor y sintieron impotencia por no poder hacer nada para acabar con aquella situación. Eld fue el más afectado por la información transmitida por el alto funcionario de Edén y su furia llegó hasta tal punto que no pudo evitar elevar un grito al cielo que sorprendió hasta a el grupo de Agamon que los seguía de cerca antes de que Mahdi lo calmara diciéndole que ellos ya habían hecho una gran parte del trabajo para remediar la situación al descubrir lo que pasaba ya que ahora podrían hacer consciente a las altas esferas de todo aquello.
Tras caminar aproximadamente cuarenta eones al fin alcanzaron las cercanías donde se encontraba el exologos representado por el avatar de exterior de Tristán. Al estar bastante cerca ya, Mahdi decidió contactar con el líder de la expedición ya que el gasto en maná de Tristán sería lo bastante reducido como para poder permitirse la conexión telepática sin tener que abrir sus acumuladores de recursos lo que supondría su transformación a su forma humana perdiendo toda esperanza de abandonar esa esfera de existencia. Y así fue que Mahdi se adelantó para conectar con el líder de la expedición telepáticamente y contarle todo lo vivido durante el intervalo de tiempo que transcurrió desde que se separaron de él. Tras el relato de Mahdi que incluyó desde el triste destino que sufrían las almas recién ascendidas de esa esfera de existencia hasta el plan para llevarse a veinte representantes de aquella vida inteligente con el objetivo de garantizar la supervivencia de la especie, Tristán guardo silencio durante un tiempo haciendo que Mahdi se preocupara pero al final aquel dio el visto bueno a lo acordado ya que era evidente que era lo único que podían hacer. A continuación el alto representante de Edén le dijo a Tristán que ya estaban cerca de su posición por lo que ambos cerraron la comunicación.
El quinteto liderado por Sigrid y el grupo de Agamon por fin alcanzó el lugar donde el exologos estaba asentado y este último se quedó impresionado por la inmensa estructura que representaba el Avatar exterior de Tristán. Cuando estuvieron lo bastante cerca Tristán comunicó telepáticamente con Mahdi y Sigrid.
-Tan solo puedo permitir que viajen con nosotros quince de los miembros de esta raza. El exologos no da más de sí para garantizar cierta seguridad durante el largo trayecto de regreso a casa que nos espera. - Hizo saber Tristán a sus dos camaradas.
-¿Estás seguro Tristán? Le prometí a Agamon que podíamos cargar hasta con veinte de sus agentes. - Dijo Mahdi con un tono de preocupación bastante patente.
-No lo veo Mahdi. Viajarán en la bodega de carga y esta no es tan espaciosa para albergar a tantos agentes. - Añadió Tristán.
-Que sean veinte Tristán. Yo me quedo aquí con Agamon y los suyos. Mis aposentos son amplios y pueden acoger a cinco más. - Intervino Sigrid elocuentemente.
-¿Estás loca Sigrid? - Preguntó Tristán creyendo incluso que Sigrid bromeaba.
-Pertenezco a la Casa Sagrada del Fénix Rojo y conozco bien la locura. Esto no es nada parecido, más bien es ira y sed de venganza por lo que están haciendo con esta pobre raza. - Respondió Sigrid mientras se tocaba su largo pelo con delicadeza.
-¿Y que piensas hacer? - Inquirió Tristán.
-No pararé hasta que clave en una estaca hecha por mi misma la cabeza de ese lugarteniente que dirige ese negro bastión. Me encargaré de entrenar a esta nueva raza en el dominio de las áreas mentales que humildemente conozco. Pero para ello necesito que me transfieras una cantidad importante de recursos, Tristán. - Respondió Sigrid.
-No hay forma de convencerte de lo contrario ¿no? - Indagó el líder de la expedición conociendo ya cual seria la respuesta.
-No. Se que este es mi destino. - Dijo Sigrid.
-Muy bien. Que así sea. Dale el orná a Mahdi para que lo guarde en su estancia privada. No te preocupes por los recursos, eso esta hecho. Ahora que sé que nuestra misión ha tenido éxito nos espera una buena recompensa en Edén y puedo transmitirte por adelantado lo que pides. Vuestra Casa Sagrada apostó por mí y es hora de devolveros el favor. - Expuso Tristán.
-Gracias Tristán.
-Bien. Cargad la bodega con todo lo que sacasteis y dejasteis por aquí cerca. No tardaremos mucho en partir así que voy a prepararme. Sigrid ha sido un placer tenerte entre la tripulación. Te deseo lo mejor. - Agregó Tristán dando por cerrada la conversación.
Entre la tripulación que incluía a los nuevo veinte miembros de aquella esfera de existencia cargaron rápidamente todas las cosas. Cuando acabaron los nuevos agentes se despidieron de sus hermanos y se instalaron en el exologos mientras no paraban de curiosear entre las instalaciones siempre vigilados de cerca por Eld, Elvira y Bharat. Sigrid estaba cerca compartiendo con Agamon que se quedaría en la esfera de existencia con ellos y comentándole cuales eran sus planes con respecto a ellos a corto y medido plazo, lo cual alegró bastante al líder de aquella tribu. Al rato Eld le llevó una cajita bien cerrada a Sigrid diciéndole que Mahdi, por orden de Tristán, le había ordenado que se la entregara. Cuando Sigrid la abrió se llevo una gran sorpresa pues se trataba de una pequeña cantidad de Primalt, un recurso consumible producido por una raza conocida como los Messores que hacía que las acciones mentales que requerían maná no supusieran gasto alguno de este recurso para quien lo consumiera. Sigrid lo guardó bien en su macuto y cuando levantó la mirada pudo ver que Eld estaba cargado de más con varios carcajes de flechas y otro arco además del suyo. Sigrid le dijo que no quería esas cosas pero para sorpresa positiva de ella Eld le dijo que tampoco iba a marcharse y que esperaba ser de ayuda para aquella aventura de pirados. Sigrid no pudo evitar abrazarle y darle las gracias por aquel gesto valiente.
Cuando quedaba poco para la partida del exologos Tristán llamó a Sigrid para transferirle los recursos que ella le demandó y así lo hizo siendo bastante generoso por su parte ya que sabía que parte de ellos serían destinados a Agamon y los suyos con la intención de dotarles con las necesarias cantidades de tiempo existencial que necesitaban. Una vez que Sigrid abandonó el exologos, Tristán abrió poco a poco los acumuladores de maná y tiempo existencial para comenzar con la maniobra de despegue junto a su nueva tripulación bastante exótica. Cuando el exologos ya surcaba los cielos de la esfera de existencia Tristán abrió una comunicación telepática con Sigrid.
-Espero que sepas lo que estás haciendo. - Dijo Tristán asegurándose de que Sigrid permanecía en sus trece.
-Nunca he estado tan segura. Dale todos los detalles que puedas a Esquizo acerca de mi decisión y os deseo una vuelta a Edén tranquila. - Comentó Sigrid sin apartar la mirada del exologos ya casi perdido en el horizonte.
-No entraremos en Edén con estos nuevos personajes. Ya sabes las restricciones de nuestra esfera de existencia así que creo que su destino será Babilon y estarán durante un tiempo bajo la protección de nuestro embajador allí que hará que no les falte de nada, ni siquiera una formación básica en algún que otro campo mental ¿Sabes Sigrid? Quizás alguien en un futuro narre las crónicas de Sigrid, Eld y Agamon. - Dijo Tristán provocando una sonrisa a Sigrid.
-Eso querrá decir que nos ha ido bien. - Añadió Sigrid ya con la mirada puesta en su entorno.
-No se si os irá bien pero al menos daréis esperanza a la vida inteligente del lugar. Suerte vikinga. - Declaró Tristán mientras era consciente de que pasaría mucho tiempo sin ver a esa increíble mujer.
El viaje de vuelta a casa de Tristán y las nuevas aventuras de aquellos dos agentes humanos en esa esfera de existencia habían comenzado. Sigrid se acercó a Agamon quien se había sentado sobre una elevación que lo mantenía por encima de sus menguados secuaces y desde la cual vio el despegue de Tristán a la vez que reivindicaba su estatus de líder sobre los suyos.
-Bien Agamon. Tenemos mucho que hacer. Pero antes cuéntame todo lo que sepas acerca de esos malditos hijos de perra. - Dijo Sigrid mientras miraba a Eld cómo organizaba su nueva y más pesada carga con cierta dificultad.
FIN
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