LA COSMOGONÍA MÁS POPULAR EN EDÉN
En Edén o nuestra Esfera de Existencia podemos encontrar varias cosmogonías o explicación del origen del TODO (Mundo Cognoscible y Mundo Intangible) materializadas en distintos formatos de obras de arte pero entre ellas, encontramos una que es la más aceptada, por ser bastante verosímil y porque procede del lideresa de los Oráculos de Edén, maestra en la especialización del campo temporal de la mente que le permite indagar, siempre con los sesgos inherentes, tanto en acontecimientos pasados y futuros.
Esta Cosmogonía relata la existencia en el Mundo Divino de dos seres parecidos a lo que nosotros conocemos como árboles centenarios conocidos como Esdrás y Meon. De Esdrás, a modo de fruto, nacen con muy poca frecuencia lo que a lo largo del Blog hemos conocido como Agentes Origenios entre los que se encuentra nuestro Supremo Hacedor. De Meon nacen conceptos directamente importados de la inconcebible y todopoderosa mente del Iniciador (el ser más absoluto que conoceremos en este Blog). En el Mundo Divino los Agentes Origenios se relacionan con los conceptos para desarrollar tanto internamente como externamente sus Magnum Opus que les proporcionen recursos para garantizar su supervivencia y llamar la atención del propio Iniciador, más o menos como ocurre en nuestro TODO con respecto al Supremo Hacedor (recuerda, de tal palo tal astilla).
Cuenta la Cosmogonía que nuestro Supremo Hacedor escogió ciertas materias primordiales nacidas de Meon así como el concepto del espacio y del tiempo también originados en Meon. En un acto divino engarzó el espacio a la materia primordial y la dejó reposar mientras fraguaba la idea del TODO y como iría enlazando el axioma de mecanicidad (desarrollo a través de leyes cuasi inmutables) del Mundo Cognoscible. Cuando tuvo claro los pasos a seguir y que el TODO estaría formado por dos mundos los cuales serían el Mundo Intangible, más expuesto a su intervención y el Mundo Cognoscible, más expuesto a la mecanicidad originada por la exposición de la materia a la expansión del espacio y del tiempo, decidió dar el impulso original que convertiría lo que parecía una joya en todo lo que conocemos y presuponemos que existe en nuestro entorno.
El impulso original fue engarzar el tiempo a la materia primordial y al espacio y dejar de contener el primero junto a poner en el foco de su atención este engarce de tres elementos mientras tenía en mente la idea de que resultado a corto, medio y largo plazo quería obtener. Cuando dejo de contener el tiempo se mezclaron estos cinco elementos (materia, tiempo, espacio, atención e idea) y comenzaron a fluir dando lugar al comienzo de las dos dimensiones que forman nuestro TODO. Mientras en el Mundo Cognoscible comenzaba a diversificarse por su propia expansión nuestro Supremo Hacedor creó a Presea inundando de luz el escaso tamaño que el Mundo Intangible había adquirido hasta el momento. El Mundo Cognoscible daba lugar a la primer cúmulo de Galaxias (el paso del tiempo para el Creador es distinto que en el TODO e incluso no sabemos si debido a la omnipotencia de nuestro Agente Origenio o a circunscribir su existencia en otra dimensión, este puede ralentizar su vida o acelerarla).
Tras la Creación de Presea, la cual estuvo alimentando personalmente con maná durante un tiempo decidió crear a los cinco primeros Agentes Primigenios: Anu, Enfué, Ícanus, Omnios y Ululan. Dotó a cada uno de ellos con su respectiva Esfera de Existencia y delego en Enfue sus recursos divinos o la Fuente conocida como Brama para que este fuera el encargado de alimentar a Presea y a las Esferas de Existencia de sus hermanos. Mientras en el Mundo Cognoscible se incrementaban el número de cúmulos de galaxias y comenzaban a surgir las primeras singularidades, entre ellas la primera fue Atávar, que suplían con información y frutos al Supremo Hacedor a través del responsable divino de este álveo que es Ícanus y sus mensajeros, los Aurifos, de los cuales se cuenta que fueron creados por aquel con la ayuda del Supremo Hacedor. Ululan comenzaba a gestionar una parte de la atención del Supremo Hacedor, Omnios comenzó a reportar acerca las nuevas singularidades en el Mundo Cognoscible y Anu convocó la primera Audiencia Divina del Supremo Hacedor con estos cinco Agentes Primigenios para tratar las necesidades del TODO.
Cuando ya habían surgido varias singularidades y el TODO se había expandido lo suficiente el Creador decidió dar vida a otros veintidós Agentes Primigenios para que gobernaran en el Mundo Intangible sobre las singularidades, dieran fruto debido a su idiosincrasia sometida al libre albedrío o exploraran el TODO, dando lugar a más Esferas de Existencia y a los primeros frutos que recibía el Creador. Por fin llegó el momento en que el TODO pasó de ser deficitario para nuestro Supremo Hacedor por los recursos invertidos a comenzar a ser superavitario cumpliendo la necesidad conceptual cognoscible de utilidad. Cuando esto ocurrió, Anu convocó a los veintiséis restantes Agentes Primigenios y a Atávar para hacérselo saber y nombró a uno de ellos Coordinador de Gobernadores de las Esferas de Existencia. Como consecuencia de esto también el Creador premió a sus Agentes Primigenios con una abundante inyección de tiempo existencial a través de Brama, su Fuente. El Creador también regaló a los Gobernadores de Esferas de Existencia un anillo que brillaba potentemente cuando Él mismo ponía su atención sobre ellas. También dicen que Ilkebog nació más o menos en esos tiempos ancestrales.
Cuenta la cosmogonía que la atención del Creador a su TODO es un fruto de valor añadido para Él ya que al superponer a la globalidad del Mundo Cognoscible la belleza del Mundo Intangible da como resultado una visión increíblemente impresionista que lo llena de orgullo y satisfacción. Esta imagen dinámica no solo la encuentra en su interior sino que la lleva forjada en un tipo de ítem en un formato externo a Él, elaborado con un material basado en un concepto desprendido de Meon para poder observarlo rápidamente sin tener que recurrir a abstraerse en su interior, pero esto ya es suponer demasiado.
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