3.- LA GUERRA DE TODOS CONTRA ULULAN

    Ululan continuaba avanzando por la atención del Supremo Hacedor con el objetivo de alcanzar su mente cuanto antes para utilizar sus conocimientos ancestrales una vez estuviera en ella y poder traspasar al Mundo Divino como consecuencia de su gran sabiduría y atención que puso cuando el Supremo Hacedor le dejo mirar a  través de sus ojos a esta dimensión superior. Pero pese al avance seguía sin vislumbrar los elementos que en su primera ascensión representaron el final de la atención y el comienzo de la mente del Supremo Hacedor, por lo que comenzó a invadirle levemente una sensación de desesperación. La atención del creador era una subdimensión que no le permitía usar sus capacidades mentales con tanta brillantez como el Mundo Intangible así que no alcanzaba a ver con el campo temporal de su intelecto cuanto tardaría en llegar a su objetivo. Sin embargo gracias a la inmensa cantidad de maná que recibía como consecuencia de tener esclavizada a la atención del Creador, tenía a su ejército completamente al cien por cien para pelear contra cualquier amenaza que intentara hacer fracasar sus planes.

   Mientras tanto en el Mundo Cognoscible todo seguía igual excepto una cosa. Al no poder el Creador prestar atención a otra cosa que no fuera Orop, algunos Agentes Primigenios sospecharon de la ausencia total de esta. Sus primeras ideas fueron las más terribles porque se circunscribieron a que el TODO había fracasado en su necesidad conceptual de utilidad para el Creador y este había comenzado a dejar morir su creación. Por lo que algunos Agentes Primigenios pidieron a Anu que convocara una Audiencia con el Creador para tratar este tema. Y así lo hizo Anu, quien convocó a los veintisiete Agentes Primigenios existentes en el Mundo Intangible y al que no acudió Ululan, como era costumbre, ni tampoco el Creador cuya atención estaba presa por la hechicería de aquel. Anu, al igual que alguno de sus hermanos, se extraño pues nunca había ocurrido que el Supremo Hacedor faltara a ninguna convocatoria de este órgano divino y todos los Agentes Primigenios allí se quejaron de no poder captar los recursos que se desprendían de la atención del Creador, incluidos Ícanus y Omnios. Así que Omnios decidió visitar la Esfera de Existencia de Ululan para saber si el sabía lo que estaba ocurriendo pues era el que mejor relación mantenía con el Creador pero cuando se aproximó a Avalon algo comenzó a drenarle su maná con una grave intensidad así que tuvo que alejarse hasta fuera del alcance de la música que producía Avalon para darse cuenta que Ululan había imbuido mágicamente a la melodía que producía su Esfera de Existencia con un hechizo que provocaba dichos efectos y que hasta entonces tal cosa nunca había sido vista en el Mundo Intangible. Omnios informó que Avalon estaba cerrada a cal y canto lo que no le permitió entablar una conversación con Ululan y lo que le supuso una merma importante de su maná.

   Así pasó el tiempo, alarmando cada vez más a los Agentes del Mundo Intangible quienes se hicieron a la idea de que el final del TODO había comenzado pero entonces Ícanus tomo cartas en el asunto. Ícanus era el único de los Agentes Primigenios quien tenía acceso a la mente del Creador debido a un permiso especial que tenía para ascender el meliá producido por los Pilionis a una de las glándulas que tenía el Creador en su mente. El permiso expresaba unos términos muy claros: acceder para depositar aquel recurso de valor añadido en el correspondiente lugar indicado y abandonar la mente del Creador inmediatamente. Ícanus ya había repetido este proceso muchas veces en el pasado y cuando tuvo otro lote de meliá preparado en su Esfera de Existencia desde donde se producía el Álveo Divino hasta la mente del Creador emprendió la marcha hasta allí acompañado de unos Aurifos quienes portaban ese valioso recurso. Sin embargo Anu le encargó que tratara de comunicarse con el Creador cuando estuviera en su mente y que le hiciera llegar la preocupación general que se estaba dando en el Mundo Intangible por el abandono que este estaba sufriendo. Así que Ícanus le hizo caso, accedió a la mente del Creador para depositar el meliá pero tal y como siempre solía ocurrir el Creador no le dirigió ninguna palabra de bienvenida lo que no le pareció normal a este Agente Primigenio. Intentó comunicarse con el Creador pese a que esto significaba infringir el permiso que tenía pero tampoco obtuvo respuesta así que llevando a cabo un acto de traición mas profundo contra las órdenes del Creador y, sabiendo que aquello tendría unas consecuencias importantes para su integridad, Ícanus decidió indagar en la mente del Creador y por fortuna para este comenzó por su atención. Y fue en ese momento cuando Ícanus, observando desde el umbral que separaba la mente del Creador de su atención, vio a lo lejos a Ululan avanzando hacía donde él estaba seguido por una enorme hueste de sus Agentes Inducidos, los Dracos. Entonces el Creador consumió todo el meliá depositado por Ícanus en su mente (recordemos que este recurso permitía aumentar las capacidades mentales de sus consumidores) lo que le permitió por un segundo atender a Ícanus y pronunciarle tan solo una palabra, la cual fue simple y llanamente: ayudadme.

   Ícanus abandonó junto a los Aurifos que le acompañaban la mente del Creador para volver todo lo rápido que pudo al Mundo Intangible con el objetivo de comunicar a Anu lo que había visto allí y la solicitud de ayuda del Creador. Entonces a Anu le cuadró todo lo que estaba sucediendo y comenzó, como responsable de las Audiencias Divinas, a trazar un plan para tratar de ayudar al Creador, el cual se bifurcaba en dos acciones. Por un lado ordenó a Ícanus que convocara a todos los Aurifos ya que este era su comandante supremo y que junto a Omnios y Enfué volvieran a la mente del Creador para tratar de comunicarse con Ululan y en su caso, frenar lo que parecía ser una invasión dadas las informaciones que corrían por el Mundo Intangible acerca de los actos que Ululan había cometido en el pasado como consecuencia de su exagerada ambición. Por otro lado Anu convocó a todos los Agentes Primigenios, en total a los veintidós que fueron creados en una segunda acción del Supremo Hacedor, y sus Agentes Inducidos (entre los que se encontraban los Fanteucos y los Pilionis) tanto ascendidos desde la singularidad que gobernaban como creados directamente por aquellos, para avanzar sobre Avalon e intentar vislumbrar que es lo que estaba aconteciendo allí. Atávar decidió mantenerse al margen del conflicto debido a la gran amistad que conservaba aún con Ululan.

   Así Ícanus, Enfué y Omnios ascendieron a la mente del Creador junto con el ejército de Aurifos al completo para tratar de comunicarse con Ululan y que este rindiera cuentas acerca de sus acciones recientes. Ululan, encabezando a su ejército de Dracos, que superaba en calidad y cantidad al de Aurifos, tan solo se pronunció para declarar la guerra a sus hermanos en aquella subdimensión que representaba la atención del Supremo Hacedor, y así comenzó la batalla de todos los tiempos por la mente del Creador.

  En el Mundo Intangible Anu y sus fuerzas, conocidos como la Liga Divina, formados por los restantes Agentes Primigenios, los Nefilim, los Fanteucos y los Pilionis y otros Agentes Inducidos, llegaron hasta el umbral donde el hechizo imbuido en la música producida por Avalon no producía sus efectos de drenar tiempo existencial sobre ellos y allí comenzaron a planear la invasión de Avalon. La Liga Divina lanzó su primer ataque sobre Avalon pero en el espacio natural que rodeaba a la Esfera de Existencia de Ululan apareció un colosal Dragón Negro creado por este para que defendiera las proximidades de Avalon y que superaba en tamaño incluso a la singularidad aún no nacida de los Leviatanes. Entre que Avalon drenaba el tiempo existencial de los invasores y el Dragón Negro los emboscó la Liga Divina perdió a un tercio de sus fuerzas en el primer ataque incluidos siete Agentes Primigenios (desterrados temporalmente a sus respectivas Cámaras de Existencia) lo que les obligó a retirarse otra vez hasta el umbral donde la música de Avalon no les alcanzaba. Aquel Dragón Negro de faraónicas dimensiones no les persiguió pues parecía obedecer a la orden de tan solo luchar en el área de influencia del drenaje de tiempo existencial para producir una sinergia defensiva sobre la Esfera de Existencia de Ululan. Mientras tanto Tian, el comandante supremo de los Dracos, se preparaba para una posible invasión de los dominios de su señor Ululan. La guerra de todos contra Ululan ya había comenzado.


4.- EL DESENLACE DE LA AMBICIÓN DE ULULAN

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