EL ARTE DE LA GUERRA EN EL MUNDO INTANGIBLE

   Como dijimos y siguiendo el principio hermético de correspondencia (de tal palo tal astilla) las guerras también se dan en el Mundo Intangible ya sea involucrando a varias Esferas de Existencia o a través de enfrentamientos más locales o incluso duelos. Entendiendo que los Agentes del Mundo Intangible son los seres más evolucionados del TODO, tanto si son Primigenios como si son Inducidos, el arte de la guerra en el Mundo Intangible está más refinado y es más digno de ver que en los supuestos que se dan en el Mundo Cognoscible.

   Lo primero que diremos es que arte de la guerra se da en la gran mayoría de casos en combates cuerpo a cuerpo dado que no existe la pólvora ni el desarrollo de tecnología en el Mundo Intangible así que tenemos que descartar las armas de fuego pero no todas las armas de proyectiles, entre las que podemos encontrar desde arcos a armas sofisticadas de lanzamiento de proyectiles como pueden ser las ballestas de repetición y lanza virotes. Por otro lado los Agentes especializados en el uso de la función elemental de la mente son capaces a través de la inducción código-material (la cual requiere maná) de hacerse valer de su habilidad para lanzar formas etéricas sobre sus oponentes así como, al ser etéricos también los Avatares, producir efectos telequinéticos sobre ellos. Del desarrollo funcional de la mente de sus oponentes dependerá la capacidad del atacante elemental para poder desarrollar con éxito su habilidad.

   Es importante destacar que las armas etéricas que se construyen en el Mundo Intangible tienen determinados grados de dureza dependiendo de la densidad del éter que se emplee en ellas. Cuanto mayor sea la densidad más blanquecina será el arma entendiendo que su potencial de provocar daño dependerá de que esta densidad o dureza sea mayor que la del equipamiento de sus contrincantes a no ser que el ataque acierte directamente en partes desprovistas de protección. Por otro lado y siempre que el Agente tenga desarrollado el lado elemental de la mente, este podrá inducir maná en su arma para que esta sea mucho más letal potenciando los ataques cortantes, contundentes o perforadores. Cuando un Agente invierte maná en su arma se puede detectar ya que esta adquiere un brillo fácilmente detectable que responderá a un color dependiendo de la personalidad de aquel aunque suele predominar el azul claro brillante.

  También pueden ser inducidas con maná las armas de proyectiles por Agentes que hayan desarrollado el campo elemental de la mente, haciéndolas mucho más mortíferas que si son usadas de manera ordinaria. 

   Es necesario añadir que también es posible adquirir armas en el Mundo Intangible ya imbuidas con maná lo que le da la oportunidad a muchos Agentes de poder utilizar este tipo de armas sin ser competentes en el lado elemental de la mente. Sin embargo estas armas son muy caras y se desgastan rápidamente con su uso por lo que solo pueden permitírselas aquellos Agentes que acumulen bastantes recursos, es decir, que dispongan de una cantidad considerable de tiempo existencial. Los encargados de imbuir estas armas con maná son Agentes con el lado elemental desarrollado y su inversión de recursos para llevarlas a cabo es bastante importante lo que provoca que sus precios sean inasequibles para la mayoría de la población de Edén y otras esferas de existencia.

   Por otro lado encontraremos armaduras y escudos en las tiendas de armas del Mundo Intangible con distintas calidades que dependerá de la dureza del éter que sea empleado en ellas. También podemos encontrar armaduras y escudos imbuidos con maná haciendo que la protección sea mucho más efectiva pero al igual que con las armas de este estilo son bastante caras y su desgaste rápido en aquellas zonas que reciban los impactos del enemigo. 

   La metaconciencia interviene también en el arte de la guerra y en el lado defensivo del Avatar, siempre que tenga desarrollado el lado elemental de la mente, procurando una ligera invulnerabilidad dependiendo de la expansión de esta. Es la encargada de invertir, con cierta probabilidad en función de su expansión, maná automáticamente sobre la zona sobre la que se vaya a desplegar el daño y poder contrarrestarlo siempre que detecte que no está protegida por un escudo o armadura o el Agente no lo haga conscientemente. Recordamos que una de las funciones de la conciencia era proteger al individuo en el Mundo Cognoscible o al Agente del Mundo Intangible para poder seguir desarrollándose y que la simbiosis siga dándose. 

   Un Avatar será destruido cuando algún chakra vital reciba daño de algún arma o parte del Avatar contrincante (Por ejemplo los Avatares humanos pueden invertir maná en las manos o en los pies para utilizarlas como armas o defensa), regresando a su Cámara de Existencia en un formato energético hasta que pueda recomponer su Avatar de nuevo, que llevará algún tiempo dependiendo de la cantidad de tiempo existencial almacenado en su Cámara de Existencia y que depende de la decisión de retener en ella este recurso por parte de cada Agente. Cuando un Avatar es destruido se produce su desaparición arrojando todos los objetos que portaba. 

   Cuando el ataque produzca daños en zonas que no involucren los chakras vitales estas podrán ser reconstituidas con la correspondiente e importante inversión en maná del perjudicado y el tiempo necesario para hacerlo dependerá del grado alcanzado en el desarrollo del lado funcional de la mente. Por otra parte si el Avatar es destruido, este perderá el maná y el tiempo existencial que lleve en sus glándulas, es decir, el contrincante no podrá hacerse con él a no ser que entre en juego algún artefacto mágico que sí que lo permita.

   El  maná invertido sobre las armas no obedece a una escala cualitativa, es decir, o se invierte maná o no, no pudiéndose conseguir mas efectos destructivos por invertir más de este recurso. Al igual ocurre con el comportamiento de las armaduras, que normalmente dejarán de proteger al Agente sobre una zona una vez que esta reciba el impacto de un arma encendida con maná. 

   Los Avatares son capaces de sentir dolor ante un ataque con éxito del enemigo pero se trata de una percepción mas sutil que la que se da en el Mundo Cognoscible. Para completar la información de esta entrada os recomiendo que también leáis la Idiosincrasia de los Avatares.

   De esta entrada se deduce que es importantísimo que todos los Agentes porten suficiente tiempo existencial encima para poder transmutarlo mentalmente en maná por su propia seguridad. También pueden consumir Primalt, que recordemos que era producido en la Esfera de Existencia de los Messores.

   Espero haber aclarado como se produce el arte de la guerra en el Mundo Intangible, la cual hay que completar con los ataques provocados por la rama axial de la mente, es decir, ataques telepáticos que pueden desde descentrar al oponente hasta llegar a paralizarlo dependiendo de su resiliencia en base a su desarrollo funcional de la mente. También el desarrollo del campo funcional de la mente es capaz de producir habilidades y técnicas de combate provechosas para los Agentes. En nuestra Esfera de Existencia o Edén estos campos mentales son desarrollados en la Academia Dominion.


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