AMAESTRANDO A LOS SIETE DEFECTOS

   Los defectos psicológicos son y, utilizando el símil de la mente como un teatro, actores secundarios nuestros que están deseando salir al escenario para obtener su protagonismo y para dar a conocer los efectos que pueden llegar proporcionar a la mente humana en la que residen y su cuerpo físico. Estas perturbaciones nos producirán estrés en el momento de su aparición y otros nos intercambiarán cierto bienestar o placer a corto plazo y después nos producirán el estrés vía culpabilidad, degeneración del cuerpo físico o a través de  las reacciones de nuestro entorno social. No tienen vida propia sino que son algoritmos que saltan en respuesta a un estímulo externo o interno y que, en general, desvían la atención del sujeto hacia una actividad física o mental sin trascendencia espiritual haciéndonos perder el tiempo y causando sobre nosotros perjuicios si no son enfocados con un carácter constructivo. También para ser catalogado un sentimiento como defecto psicológico debe repetirse frecuentemente en el tiempo y con una intensidad preocupante ya que para amaestrar algo debemos conocerlo bien y no hay otra manera, por desgracia, que se origine un mínimo de veces.

   Muchas vertientes religiosas o espirituales hablan directamente de que hay que destruirlos para seguir avanzando en el sendero espiritual. En mi opinión pueden aportar valor añadido al sujeto si son educados o amaestrados en la forma correcta para comportarnos igual que el Universo en su faceta de no desperdiciar nada.

   Los siete defectos psicológicos capitales son los siguientes: la gula, la envidia, la codicia, la lujuria, la soberbia, la pereza y la ira. En los siguientes párrafos los estudiaremos uno por uno para intentar darles un paradigma distinto pero la primera tarea sin dudar es hablar sobre dos acciones que debemos intentar implementar cuando detectamos que uno de ellos ha invadido nuestra mente y que son:

   1.-Aplicar la labor investigadora escudriñando cual es el motivo verdadero de que este defecto haya aparecido en nuestro escenario mental con la intención de entender cual es su raíz para anticiparnos a su surgimiento y sobre todo descubrir otros cauces para externalizar su aparición.

   2.-Implantar un patrón mental de aparición obligatoria inmediatamente después del surgimiento del defecto que lo derive hacia su cara más positiva siempre que no nos interese aplicar la cara negativa (que será en escasas ocasiones)

   La gula o ansía por comer surge normalmente de un estado de ansiedad y es la respuesta que algunos sujetos dan a esta para tratar de eliminarla sin descartar aquellos que disfrutan del comer y son virtuosos en el uso de la moderación, la cual es su cara positiva y cada vez que practiquemos estaremos refinándola al ser esta una virtud. Por otro lado habrá veces que en la vida de alguien que el coste de oportunidad de no dejarse llevar por la gula será tan grande que es mejor que este ego tome las riendas (son aquellos casos extremos en que es preferible la gula a dejar de sobrevivir, es decir, mejor la obesidad que el suicidio) pues es un gran placer asequible para el individuo. Añadir que podríamos englobar, desde cierto punto de vista, el consumo de drogas en este defecto psicológico y que sirven a mucha gente como vía de escape de la interpretación penosa y equivocada que hacen de su realidad.

   La envidia surge cuando aparece en nuestro entorno alguien que a priori tiene unas dotes o riquezas que hacen que este defecto aparezca. Siempre podremos pasarla al otro lado de la ecuación para que nos sirva a identificar que metas queremos conseguir y ayudarnos de los consejos de la persona a la que envidiemos. La virtud que podemos trabajar a partir de ella es el amor propio identificando que valores añadidos tenemos que la persona a la que envidiamos no tiene y también la envidia puede ser fuente de admiración hacia otras personas siempre que sepamos valorar los esfuerzos que esta ha hecho para obtener las cosas que envidiamos en ella. En este caso la cara negativa de este ego no nos aporta nada.

   La codicia es el defecto psicológico de acumular todo lo que se pueda y esta especialmente asociado con las riquezas. El lado positivo de la codicia es el tremendo potencial que tiene para trabajar la virtud de la generosidad y a la vez es fuente de ingenio para apropiarnos de algo antes que un supuesto rival o rivales. En algunas etapas de la historia fue necesaria la cara negativa de la codicia para poder sobrevivir como puede ser el caso de garantizarse un almacenamiento de comida para la familia.

   La lujuria es el defecto que se nutre de identificar como única fuente de placer las relaciones carnales con otra persona. Al igual que con la gula podremos practicar la virtud de la moderación así como para personas con sentido común, este defecto psicológico es el fin último que estimula el desarrollo de habilidades personales como la seducción, la educación, el romanticismo y la atención. La aparición destructiva de este ego nunca será de utilidad salvo en el hipotético caso de que la reproducción sea una necesidad mayor para la especie.

   La soberbia es un actor que surge cuando nos creemos que somos más que todo el mundo. La cara constructiva de este ego es identificar aquellos aspectos por los que surge y darnos cuenta de que tan solo son una gota de agua en el océano de las habilidades y virtudes existentes en el mundo. También es una oportunidad para trabajar la humildad. Su cara más destructiva puede ser útil para balancear aquellos momentos en que sintamos que no valemos nada pero siempre de puertas para adentro ya que exponer la soberbia a nuestro entorno social será fuente de amarguras y rechazo.

   La pereza es el defecto que le da una continuidad al arte de procrastinar y que hace que no evolucionemos tanto personalmente como en el sendero espiritual. Su lado positivo será el entenderla como un gimnasio para fortalecer la voluntad y por otro lado será bueno desarrollar la pereza en ciertos asuntos que sean destructivos para nosotros o para el entorno cuando seamos conscientes de que todos recorremos el camino espiritual. El lado destructivo de este ego será necesario en estados emocionales radicalmente negativos como la depresión donde toda la energía debe centrarse en la actividad mental dirigida a producir una catarsis o mejora del estado emocional.

   La ira es un enfado mayúsculo como respuesta a un estímulo externo y mas raramente interno que hace que se produzca la alteración del raciocinio normal. Su lado positivo será la oportunidad de aprender a relajarnos ante tal ímpetu con medios personales y a no dar tanta importancia a ciertos acontecimientos como, entre otros, la reducción de la riqueza o actos de otras personas que no nos esperábamos. La cara destructiva de esta perturbación será necesaria cuando nuestra supervivencia sea amenazada por algún grupo o individuo lo que requerirá del despertar de la ira para defendernos (en la mayoría de casos pues lo ideal es combatir desde la calma pero para ello se necesita de años de entrenamiento)

   Y hasta aquí el contenido de esta entrada con la que quiero recalcar que los defectos psicológicos a veces nos sirven para sobrevivir en su estado negativo y son fuente de oportunidad una vez identificados para trabajar ciertas virtudes que representan la otra cara de su moneda. Por último, y a modo informativo, estos defectos psicológicos son, según la tradición eclesiástica, las siete pasiones del alma (yo creo la única pasión del alma es el yo consciente) definidas como pecados capitales.

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